En año y medio que lleva el gobierno Petro ha sido notoria, en todo el país, la tremenda tempestad que se ha desatado alrededor de la reforma de la salud que se discute actualmente en el Congreso de la República.
La presidenta de loa Corte Constitucional, doctora Diana Fajardo Rivera señala: “la concepción de la salud es un derecho fundamental, inclusivo y más humano, que requiere disposición de recursos económicos, de formación de profesionales idóneos y de control sobre el trabajo de las entidades e instituciones prestadoras del servicio”
Frente a esta reforma han surgido opositores radicales afirmando: “es mejor construir sobre lo construido, donde se garantice la progresividad en el derecho a la salud para todos los colombianos”.
Por ello, varios exministros de Salud suscribieron una misiva exponiendo los riesgos que se asumen al aprobar dicha reforma. Manifiestan, que es un deber enfocarse en la humanización de los servicios y en los pacientes.
Algunos de los puntos que les genera mayor preocupación:
1. Incumple mínimos constitucionales.
2. Dificulta el acceso a los servicios y no atiende la calidad
3. Elimina la libre elección
4. Desaparece el aseguramiento
5. Sin UPC, mayor ineficiencia y menor protección financiera
6. Se arriesga la gestión financiera
7. Presenta mayor riesgo de corrupción
8. Los trabajadores de la salud quedan en riesgo
9. Carece de aval fiscal para su sostenibilidad
Con la emoción de un twittero novato, Petro respondió en los siguientes términos: “Leo este comunicado y me sorprendo. Quién dijo que los actuales pacientes graves van a regresar a los CAPS; todos siguen sus actuales tratamientos médicos en las mismas clínicas y hospitales. Lo único que cambia es que se les pagará directamente a esas clínicas y hospitales según su facturación auditada”.
Y qué decir del ministro de Salud, Alfonso Jaramillo, quién para defender la reforma responde rabioso en una audiencia en Bucaramanga: “Si no alcanza la plata entonces hagamos la reforma tributaria, pongamos a los empresarios a pagar la plata que dejaron de pagar y hacemos la reforma”.
Como se puede observar las respuestas carecen de todo nivel académico y científico.
Afortunadamente, Antonio José Ocampo, exministro de estado, a quien Petro decidió sacarlo del ministerio de Hacienda, nos explica claramente cómo se quiere asfixiar el sistema de salud.
En su artículo de El Tiempo hace el siguiente análisis: “El Estado les adeuda miles de millones, les deben cuotas de presupuestos máximos de noviembre, diciembre y enero y les ajustaron las UPC en un porcentaje mucho menos de lo que calculan que les deben pagar por paciente”
En éste párrafo se resume los deseos del actual gobierno de destruir el actual sistema de salud, para manejar el presupuesto a su acomodo.
El presidente Gustavo Petro, como siempre, quiere lograr una nueva reforma, el pueblo colombiano lo advierte en sus decisiones, no las extrañamos: “la reforma va porque va, así sea por decreto será aprobada”.