En varias ocasiones he descrito la impresionante presencia de China en Centroamérica, el Caribe y Suramérica. Y he señalado cómo no es tan significativa en México y Colombia. En nuestro país se incrementó a raíz de la diplomacia de la vacuna. El presidente Duque había anunciado una segunda visita a China que no se materializó. Y he llamado, también, la atención sobre cómo desde la Administración Biden, Estados Unidos ha expresado preocupación al respecto.
Lo que ocurre es que el papel de China en la subregión no sólo se da en varios sectores estratégicos, sino que ya llega a algunos que se consideraban impenetrables como la seguridad, la inteligencia, y el propio sector educativo.
Una vez más utilizo los informes que prepara Evan Ellis y que, en ocasiones, complemento con los que elabora Margaret Myers, desde el Diálogo Interamericano.
El presidente Lula realizará una visita de Estado a China este martes. Se trata de expandir una relación financiera, comercial y política que ya tiene importante tradición entre los dos países.
Algunos datos ilustran estas afirmaciones. El comercio bilateral llegó en 2022 a los 152.8 billones de dólares. Productos agrícolas, mineros y petroleros. Las inversiones chinas en las últimas dos décadas se estiman en 70 billones de dólares, o sea 40% de las inversiones en la región. Sus inversiones se encuentran en 23 de las 27 regiones del Brasil. Sao Paulo recibe la tercera parte. El sector de generación y transmisión de energía representó el 48% de las inversiones.
Como en otros países, el sector de telecomunicaciones más avanzado ocupa un lugar preferente. Los principales bancos chinos operan en Brasil. Y en el campo de la medicina establecieron fábricas para la producción de vacunas contra el covid-19. Desde 1993, Brasil ha sido designado como un “socio estratégico”. Tan solo diez países tienen esa clasificación. En 2012 esta categoría fue elevada a la condición de “socio estratégico comprehensivo”.
Evan Ellis, que ha elaborado este informe, considera que durante la administración de Lula esta relación bilateral se fortalecerá. Dice que hay rumores que indican que una muy amplia delegación acompañará a Lula. Utiliza la expresión enorme, como ocurrió en 2004. Y señala que Lula tuvo la prudencia de visitar primero a Washington para mostrar así que aspira a mantener buenas relaciones con estos dos superpoderes.
Estados Unidos, dice Ellis, ha buscado enfocarse en que los intereses de ambos países coinciden: justicia social, temas ambientales y la reactivación de un grupo de trabajo y un plan de acción para eliminar discriminaciones de orden racial, étnico y de género. Ellis añade que Brasil incrementará las exportaciones agrícolas a China a expensas de Estados Unidos. Lula espera obtener significativas cantidades de dinero en efectivo por parte de China y una coordinación política para lograr un impacto en la situación geopolítica existente.
Hay buenas razones para que Colombia fortalezca sus relaciones con Brasil y con China. Ello con el claro entendimiento de que nuestra relación con los Estados Unidos sigue siendo prioritaria y que nuestra amistad bilateral, no obstante los difíciles temas que tenemos que afrontar como el de la lucha contra las drogas ilícitas y la migración, se manejarán dentro de una tradición de buen entendimiento y cooperación. Como nunca debemos poner la mejor atención a nuestras relaciones internacionales. Es que están pasando muchas cosas complejas.