Inimaginable. Por décadas el contraste que se enseñaba era el de la estabilidad británica frente a la inestabilidad italiana. Inclusive peor. Inglaterra era modelo del buen gobierno e Italia del desgobierno. Un libro llevaba este sorprendente título: “Italia un país sin gobierno”.
El tema tenía máximo interés. Cómo era que los herederos de los romanos geniales creadores del derecho y muchas instituciones, parecían olvidar su glorioso pasado y se perdían en disputas que hacían ingobernable ese bello país. Ahora The Economist, revista británica por excelencia, encontró la manera de sintetizar el tema, en una palabra: “Bretalia”. Lo que ha venido ocurriendo en Gran Bretaña no es pasajero.
La crisis comenzó con el Primer Ministro Cameron, conservador, millonario, quien apareció enredado con evasión de impuestos, pero lo más grave fue haber embarcado al país en el famoso referéndum que llevó por escaso margen al retiro de Gran Bretaña de la Unión Europea. Todas las teorías sobre referéndum aconsejaban no hacerlo. Era obligar a la ciudadanía a tomar una decisión enormemente compleja que ya en un programa de posgrado especializado en una de sus excelentes universidades habría llevado, si se hubiera intentado, a una enorme confrontación intelectual entre personas que seguramente habrían dedicado mucho tiempo al estudio de sus implicaciones. Para ese tipo de decisiones no se inventó el referéndum.
Fue algo inédito. Se sucedieron varios Primeros Ministros que dejaban serias dudas sobre su eficiencia y capacidad de manejar esa gran nación... y se llegó a la señora Liz Truss que desempeñaba la Cancillería y que pronto superó en apoyos a los otros candidatos de su partido, el Conservador. El segundo en esa contienda, Rishi Sunak, fue elegido ahora, prontamente, por el partido Conservador, como Primer Ministro. ¿Por qué no lo eligieron antes? Cosas de la vida política. El ascenso de la señora Truss coincidió con la muerte de la Reina. Y su retiro, después de 44 días, con la designación como Primera Ministra de Italia de una mujer de extrema derecha. Algo también inédito en Italia.
Es bien claro que el partido Conservador británico no podía darse el lujo de otra equivocación mayúscula. Pronto será necesario apelar a los ciudadanos para que elijan nuevo parlamento y establezcan nueva mayoría para gobernar. Dicen que el partido Laborista lleva ventaja de 30% en las encuestas. Apenas obvio. Ojalá se recupere la grandeza política de Gran Bretaña. Todas las democracias necesitan su sensatez y ejemplo, virtudes que la han enaltecido.
Recordemos. Es la crisis de la democracia liberal occidental, esta vez liderada por dos naciones que la ejercían ejemplarmente: Estados Unidos y Gran Bretaña. Su renacimiento pleno ayudará al fortalecimiento de la democracia donde ésta ya había logrado grandes progresos.
Hay otras cosas sorprendentes. Que muchos hubieran considerado que la señora Truss era la reencarnación de la gran Primera Ministra, Margaret Thatcher, quien gobernó durante diez años y ejerció enorme influencia no sólo en Gran Bretaña, en época realmente muy difícil, sino que fue respetada, admirada e imitada en importantes países. Dirigente de talla mundial. Con buenas razones la denominaron "la mujer de hierro". No existía razón alguna para darle la misma categoría a la señora Truss.
Otro aspecto aún más sorprendente que dirigentes del partido conservador hubieran considerado que el exministro Johnson podría ser reelegido... impensable, por decir lo menos. Opción inusitada. Por fortuna, el fin de la semana pasada él mismo la descartó. Y claro, miren el valor de la libra esterlina...y comparen cómo se está comportando la inflación... ¡Es que el arte de gobernar se ha complicado mucho!