CAMILO HERRERA MORA | El Nuevo Siglo
Sábado, 31 de Marzo de 2012

“En mi época”

SIEMPRE me ha llamado la atención cuando la gente dice que “en mi época… eso no era así, las cosas estaban mejor…”, porque se me hace una frase triste, débil y simplemente vacía.

Ese lenguaje tiene implícitas dos cosas demasiado fuertes: la gente de antemano asume que su tiempo ya pasó y que las cosas hoy son diferentes que antes, y casi siempre peor. Ambas cosas son tan decepcionantes que sólo me hacen pensar que cuando alguien dice eso es como afirmar que se rindió, que su tiempo pasó, que él no puede hacer nada por mejorar su condición o la de los demás, que le aterroriza el cambio y que prefiere todo lo que le pasó y no lo que le pasa y le va a pasar.

Es como vivir condenado a un pasado que nos marcó por la simple razón de que fue la edad en que formamos nuestra personalidad, porque casi siempre esa “época” se refiere al momento de la vida en que tomamos nuestras grandes decisiones: qué estudiamos, a quien amamos, qué pensamos, en qué creemos. Sin duda todas decisiones complejas y que nos marcan y definen la ruta a seguir en nuestra vida, pero no por eso lo que pasaba en ese momento en el mundo fue lo mejor ni muchos menos debe ser el parámetro de comparación de nuestras experiencias pasadas y futuras: si había rock en español, ese es mejor que el rock de hoy; si las fiestas eran en las casas, salir a bares no es lo mejor; si no había tantos carros, eso era mejor.

Si comparamos el presente con el pasado, el presente se mostrará oscuro porque nos es incierto, mientras que del pasado recordamos las cosas gratas.

Por esto debemos pensar que nuestra “época” es toda nuestra vida, no sólo un pedazo de ella. No existe ningún motivo para reducir nuestra vida a unos pocos años ni mucho menos desechar todo lo que nos pasó en la infancia, el buen momento de ayer y lo que viene mañana y pasado mañana.

El mundo no es estático, porque nosotros no lo somos. El planeta se mueve solo, el mundo lo movemos nosotros. Por esto no es justo que miremos con el retrovisor todo el día y perdamos la panorámica de nuestra vida. Aceptemos que no sólo hoy estamos mejor que ayer, sino que fue gracias a lo que pasó que sin duda el mañana será mejor, porque nadie hace las cosas para estar mal.

Colombianada. En mi “época” las cosas estaban mejor, ¿será que yo las dañé?

@consumiendo