El ICBF y las compras locales
Si bien es cierto el Programa de Compras Locales que venía adelantando el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar -ICBF-, buscaba una mayor eficiencia, calidad y cobertura en la oferta de las raciones alimenticias y al mismo tiempo generaba empleo en áreas rurales con base en la producción y el mercadeo, tanto de productos agrícolas como de aquellos con transformación industrial primaria, dentro de un esquema de precios justos, también traía consigo la dinamización de la economía local mejorando el ingreso de la familia campesina.
No se explica entonces cómo desde finales del 2011 se encuentra suspendido, aun habiendo recibido la aprobación de la Comisión Intersectorial de Seguridad Alimentaria -Cisan- y el apoyo del alto consejero presidencial, Samuel Azout, con el acompañamiento de la Dirección de Desarrollo Rural, Alianzas Productivas y Oportunidades Rurales del Ministerio de Agricultura.
Además de considerarse prioritaria a escala regional la participación de los Consea, con el fin de asegurar el apoyo interinstitucional requerido.
Este modelo piloto adelantado en Tolima y Boyacá, con excelentes resultados en el primero y ligeros ajustes en el segundo, incluía la labor de los entes territoriales, gobernaciones, alcaldías y de entidades como las secretarías de Agricultura, Corpoica y el SENA, las Cajas de Compensación y demás organismos que adelantan programas de organización y formación socio-empresarial en zonas de economía campesina.
Se trataba de una estrategia de alto impacto social, para mejorar la eficiencia del ICBF en la utilización de los recursos utilizados en las compras y/o contrataciones que se realizan para la operación y ejecución de sus programas nutricionales.
El punto de referencia para esas compras era la Minuta Patrón de las raciones del ICBF de los Programas de Educación Escolar y Adulto Mayor en principio, con la perspectiva de ampliarse a los demás programas del Instituto en el campo de la alimentación y la nutrición en el país.
Tanto así que también se dijo que la demanda de alimentos de otros organismos del Estado, tal es el caso de las FF.MM., los hospitales, las cárceles, etc., etc., debería atenderse con la producción de las zonas campesinas a precios justos, mediante programas como este de compras locales del ICBF, liberando a los pequeños productores del abuso desmedido de muchos intermediarios, y promoviendo de paso su formalización y adecuada organización con el lleno de los requisitos legales, de inocuidad y sanidad.
Así las cosas, y ante la sorpresa de los tolimenses y boyacenses por la suspensión de este programa de inobjetable beneficio regional y nacional, el director general del ICBF, Diego Molano, tiene la palabra.
*Exgobernador del Tolima