Chicago, la cuidad de los vientos, es considerada por muchos como una ciudad tormentosa, no solo por los fuertes vientos provenientes del lago Michigan, sino también por el carácter tormentoso que varios de sus habitantes desplegaron en el pasado.
Cuando se piensa en Chicago viene a la mente precisamente la truculenta historia de las mafias que controlaron la ciudad durante la década de los años 20 del siglo pasado.
Durante los años de la prohibición y de la “Gran Depresión” la cuidad fue el centro de operación de algunos de los “gánsteres” más famosos de Estados Unidos; entre ellos, Alfonso “Al” Capone y John Dillinger, quienes aterrorizaron la ciudad, controlaron el comercio de alcohol, mujeres y drogas; convertidos en personajes famosos por múltiples películas y libros, hoy se visitan los lugares donde vivieron y donde ocurrieron sus crímenes más atroces.
También han sido famosos los frecuentes escándalos políticos. La familia Dayle fue la dueña política de la ciudad por décadas. En 1955 Richard D. Dayle fue electo alcalde de Chicago por primera vez, repetiría 5 veces más hasta su muerte en 1976. Sus alcaldías fueron turbulentas por decir lo mínimo. En 1989, su hijo Richard M Dayle fue electo alcalde y sirvió por 6 periodos como su padre, (cerca de 50 años entre los dos). En el 2009 el gobernador del estado, Rob Blagojevich, fue convicto por tratar de vender la posición en el Senado que Barak Obama dejó vacante al ser electo presidente de la nación. Corrupción a todo nivel, asesinatos, violencia, chantajes y más, vivió la ciudad.
Pero Chicago ha logrado reinventarse y hoy es considerada una ciudad progresiva, verde, foco cultural, y muy alegre. Es habitada por inmigrantes de todas partes del mundo, que llegaron a ella desde que el trapero afroamericano Jean Baptiste Point du Sable fundó un poblado en la desembocadura del rio Chicago en el lago Michigan.
Al comienzo se hablaba en ella inglés y francés. Al poco tiempo, llegaron grandes grupos de europeos huyendo de guerras, persecuciones religiosas y hambrunas. Primero fueron los irlandeses, luego los alemanes, escandinavos, judíos, polacos, italianos, griegos, en ese orden. Naturalmente también llegaron afroamericanos, latinoamericanos y orientales.
Estas migraciones se caracterizan porque desde un comienzo crearon enclaves propios que aún existen. Haciendo de esta una ciudad de sectores muy característicos. Aquí hay barrio italiano, polaco, griego, etc. donde se oyen sus idiomas, se compran sus productos y se comen sus especialidades.
Naturalmente esto hace de Chicago una de las ciudades estadounidenses donde se come mejor y más variado. Hay realmente de todo. La mejor comida de mar, pizzas y pastas excelentes, restaurantes chinos, griegos y judíos, excepcionales salchichas alemanas y polacas.
Cada comunidad tiene sus iglesias y parques, y fantásticos festivales plenos de música, baile y comidas. Además, en Chicago se localizaron los mataderos donde se sacrificaba el ganado del centro del país, así que de aquí es la mejor carne.
La lista de cosas para hacer y ver es interminable. El litoral sobre el lago es imperdible, lo mismo que el río que atraviesa la ciudad, hoy completamente cristalino. El Parque Millennium, el Instituto de Arte, los más de 200 teatros, la famosa “Milla Magnifica”, la Torre Sears, el deslumbrante acuario y cientos de lugares hermosos llenaran su visita. ¡Chicago sorprende!