Consciencia electoral | El Nuevo Siglo
Viernes, 20 de Mayo de 2022

¿Cómo balancear nuestros intereses particulares, a los cuales tenemos derecho, con los colectivos, tan legítimos y necesarios como los individuales?  Es cuestión de ampliar la consciencia.

Todo ser humano tiene consciencia, pues esta es inherente a la existencia.  Este planeta diminuto es una escuela, ubicada en un sistema solar pequeño dentro de una galaxia bastante modesta.  Somos muy pequeños, algo que es importante recordar cuando nuestros egos emergen engañosamente con arrogancia y prepotencia.  A pesar de nuestro tamaño, somos muy importantes para la evolución, proceso en el que todas las personas estamos, nos demos cuenta de ello o no.  El aprendizaje es gradual: vamos, cada uno en su camino, aprendiendo desde los errores y los aciertos, cada quien en un estadio de consciencia.  Nadie es mejor que otro, de la misma manera en que un muchacho de último grado de secundaria no es mejor que quien va en kínder ni inferior a quien tiene un doctorado.  Al final, todos somos compañeritos de escuela.

La consciencia tiene niveles.  Acudo aquí al modelo de la Espiral Dinámica, de Don Beck y Chris Cowan, actualizado por Ken Wilber. Los niveles más bajos de consciencia están marcados por el egoísmo, que disminuye a medida que se avanza en la escala: en arcaico-instintivo priman mi supervivencia y la de los míos.  En el estadio mágico mítico, lo que vale es la seguridad a cualquier precio, mientras que en el nivel de dominación y poder se privilegia el impulso de controlar, así sea con violencia física. En el nivel de orden autoritario, las reglas imperan, abundantes en castigos y escasas en derechos.  En estos cuatro estadios se impone o coarta el voto, incluso a sangre y fuego, se amenaza, se intimida y se exacerban las pasiones. 

En el nivel de logro competitivo, lo que importa es el éxito a cualquier precio; es menos brutal que los anteriores: defensor de algunas libertades y amante de las regulaciones del mercado, pero -al igual que los anteriores niveles- también excluyente y defensor del statu quo.  En el nivel comunitario-ecológico las que interesan son las relaciones en la totalidad: aquí no solo pensamos en nuestros intereses, sino que tenemos en cuenta los ajenos, los colectivos, los de todos, incluyendo los ecosistemas.  Somos más amorosos, menos egoístas, menos apasionados.

Cada quien vota desde el nivel de consciencia en que está.  Como la evolución humana es colectiva, lo ideal es que todos apostemos por ampliar la consciencia.  Pero, las anclas del ego nos lo impiden.  Por ello, hemos de atestiguarlo, para integrarlo, trascenderlo y elegir no solo a quienes velen por nuestros intereses particulares, sino a quienes cuiden los de todos.  Ojalá evolucionemos y elijamos conscientemente desde el amor.

@edoxvargas