Constancia histórica | El Nuevo Siglo
Miércoles, 8 de Enero de 2025

Se llegó la hora de las definiciones en Venezuela. Este viernes habrá dos posesiones para el cargo de Presidente de la República; una la de Maduro, quien por tercera vez jurará como Presidente; en las dos primeras bajo sospecha de fraude electoral no comprobado, pues contaba con la certificación de la autoridad electoral afín a su gobierno, sin verificar los votos depositados; esta vez, pretendió hacer lo mismo, pero se filtraron las actas electorales, que le asignan un escaso 30 por ciento de los votos.

La otra posesión será la de Edmundo González, de la oposición al régimen, quien obtuvo el 70 por ciento de los votos, plenamente demostrado en actas oficiales; pero la Autoridad Electoral certificó, al contrario, sin apoyo en actas dio por ganador a Maduro.

Tanto Maduro como González han anunciado que se van a posesionar del cargo. Esto significa un anuncio por parte de Maduro de que no entregará el poder a nadie, como lo había anunciado antes de las elecciones y ya dispuso de la Guardia Civil para que garantice su pantomima de “republiqueta banana”.

Muchos presidentes en ejercicio no lo acompañarán, pero enviarán a sus legaciones diplomáticas, por razones de diversa índole, que van desde la simpatía ideológica, como Colombia; intereses económicos, como USA y aliados internacionales como Rusia y China. Esos acompañamientos diplomáticos legitiman su investidura sin lugar a duda y constituyen una aprobación implícita a su espuria elección.

De otro lado se anuncia tambien la posesión de González, quien ya salió de España donde estaba asilado, ha realizado una gira por países amigos, buscando apoyos morales y se meterá en la cueva del lobo el próximo viernes donde lo espera una orden de detención con millonaria recompensa y pasará a hospedarse en las cárceles del régimen.  Estará acompañado por unos valerosos expresidentes de repúblicas americanas que seguro van a pasar un mal momento, pero dejarán una importante constancia histórica.

Mientras tanto, la oposición pide al pueblo su presencia en las calles y el dictador amenaza con represión que sin duda va a realizar, incluyendo el encarcelamiento de jóvenes y adolescentes, como ya lo ha hecho en el pasado.  

Varias conclusiones tenemos luego de este análisis:  No se trata de una posesión, es una pantomima, hace rato que Maduro se convirtió en dictador y no va a entregar el poder.  Las elecciones fueron una estrategia para que USA le levantara sanciones, pero nunca pensó en reconocer los resultados si le eran adversos; la oposición tendrá que continuar su lucha por la democracia, esta vez, con un Presidente electo encarcelado. El Gobierno colombiano se contradice en grado sumo, pues por un lado dice que no reconoce la elección si no le entregan las actas y por el otro, hace un reconocimiento implícito, enviando a su Embajador a la posesión, si no es que decide de una vez hacerse presente el mismo Presidente.