Crisis existencial conservadora | El Nuevo Siglo
Lunes, 14 de Noviembre de 2016

“Este es un país conservador que tiene la mala costumbre de votar por el liberalismo”.

Álvaro Gómez

Partido está sumido en crisis ideológica y de valores”

 

 

Se apresta el Partido Conservador a celebrar su Convención Nacional, instancia en la cual hay participación de los líderes y militantes de todo el país, con el fin de cumplir con las normas estatutarias para elegir un nuevo Directorio Nacional.

Para nadie es un secreto que el partido está sumido en una profunda crisis ideológica, de valores y de sentido de pertenencia. Esto lo digo, entre otras cosas, por la reciente experiencia de la escogencia de procurador general, por las disímiles posiciones frente al proceso de paz y por la forma notoria en la que cada congresista lucha desenfrenadamente por cuidar sus feudos y sus intereses personales y no los de su propia colectividad. Y cuando les conviene, se trastean con sus votos para otras toldas, como cambiarse de camisa. Sólo son chupasangres , necesitan la bandera azul para satisfacer sus propios egos y necesidades, pero nada hacen por el partido, construido y fortalecido durante décadas por dirigentes como Ospina Pérez, Laureano, Gómez , Belisario Betancur, Misael Pastrana, Álvaro Gómez, Jorge Leyva, Augusto Ramírez Ocampo, los leopardos, Bertha Hernández de Ospina, Guillermo León Valencia, entre otros, que como se dice en el argot popular, se hacían rasgar las vestiduras cuando se trataba de defender los postulados de su partido. 

Ahora estamos perdiendo hasta la vocación de poder, que es la máxima aspiración de un partido, por encima están los negocios y los intereses propios. Si seguimos actuando así el partido estará condenado a desaparecer. Por eso hay que estudiar la posibilidad de regresar a las listas únicas, al Senado departamental, a que los dignatarios sean ajenos al Congreso y que se tracen una meta de fortalecimiento en todo el país, como lo hiciera Ospina Pérez cuando se recorrió, a costa de su salud, el país en bus para levantar el fervor conservador, retomando las ideas, la defensa del agro, de los campesinos, del sector productivo, de la mujer y de las juventudes. 

Somos una colectividad que por ningún motivo debe perder su identidad, perder el bagaje histórico, renunciar a defender los valores, la familia, la ética y la moral. La elección popular de alcaldes, que tanto ha aireado la participación democrática, fue bandera indiscutible del inmolado jefe Álvaro Gómez. Y hasta ese logro vanguardista y revolucionario en la época lo hemos abandonado.

lorenarubianof@gmail.com