CON desempleo de 2 millones 700 mil personas, el ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla abrió ventana de contraste que, muestra pesada obligación para cubrir en dólares, pagos en Estados Unidos.
Y el Procurador Carrillo destapó la Unidad de Trabajo Legislativo, que toma del erario, 138 mil 800 millones de pesos al año, para pagar 10 asesores a cada Representante y Senador, con sueldo equivalente a 50 salarios mínimos mensuales.
Es función no reconocida como actividad laboral, en el poder legislativo, porque debería ser asunto personal de un congresista; con absoluta certeza, el ciudadano del común no dejará de asombrarse con lo revelado por el MinHacienda y el Procurador.
El país al mismo tiempo paga más de un millón de dólares al año a empresas calificadoras de riesgo económico. La cuenta se gira para que nos digan, cómo va la economía colombiana según expertos en el mundo.
Reciben el dinero, Fitch, Moody´s y Standard de Estados Unidos, que cobran 350 mil dólares, por cada informe divulgado en el año. La obligación tomó vuelo al universalizarse el mundo financiero desde los años 80.
Son dos grietas que duelen en la cartera de modestos sectores sociales y también de los altos, con bolsillos pesados en economía familiar y empresarial.
Quizá de tiempo atrás hubo intención de colocar al país en escenario de finanzas internacionales o lo hicieron por ´vitrinear´; Colombia ha sido país arribista.
Estas obligaciones olvidan focos para cubrir trabajo, educación y salud pública; por ejemplo en regiones marginadas hace años, como Chocó, Cauca y Nariño.
Basta con precisar que una inversión como la revelada, caería oportuna para erradicar delincuencia común y narcotráfico, pero con trabajo, en toda la franja occidental de Pacifico donde penetra delincuencia hasta frontera con Ecuador.
Si Colombia está pagando caro obligaciones aquí y en el exterior, vale la pena clasificar con riguroso orden, las más necesarias y, cerrar compromisos exagerados.
El reflejo muestra herida financiera gastando en dólares, con contratos no indispensables, mientras la tragedia invernal, con derrumbes, inundaciones y víctimas a la intemperie, demanda recursos urgentes.
Entretanto, el Meta y los llanos están sin vía de Bogotá a Villavicencio y la zona oriental; la reparación tiende a demorarse, como consecuencia de la topografía agreste.
Son razones válidas para que Gobierno elimine el gasto con las calificadoras de riesgo en Estados Unidos; y erradique el del Congreso, que tiene más cara politiquera que asesoría legislativa.
No es despropósito señalar un camino, para emprender una estrategia práctica que supere etapas agotadas reclamando cambios, no solo en lo tecnológico, sino en lo humano.
Todo, si se cumple el Plan Nacional de Desarrollo; ojalá sin cuentas dolorosas.