La ciudadanía se mantendrá expectante con relación a los recursos dispuestos por el Gobierno Nacional para paliar la crudeza del coronavirus, y sus incidencias en economía, comercio y trabajo, una vez se reduzca la pandemia.
El propósito oficial compromete recursos por $14 billones para frentes sociales; tendrán que reflejar el reponer servicios en salud, pesonal médico, liquidez para redes hospitalarias, medicamentos y suministros eficientes de acueductos.
Se anticipa disponibilidad de créditos, aranceles aliviados, tributación flexible y apoyo a pagos parafiscales, de empresas particulares en transporte aéreo, turismo y salud, así como adquisición de tecnología médica.
Esta decisión exige responsabilidad con manejo efectivo tanto de Gobierno, sector privado crediticio y, usuarios favorecidos con la ayuda ofrecida, de la que se aguarda, sea ejemplar.
Sería doloroso que la justicia se vea obligada a destapar un prontuario alrededor de un manejo doloso; eso se teme porque la corrupción con dineros despierta apetitos al oler miles de millones.
Es preferible revivir la ´urna de cristal´ que hubo en el país para seguir el rumbo de créditos, y aportes sociales, algo válido, si se trata de partidas para cubrir daños o refinanciar lo que deje la pandemia.
No es despropósito crear Comisión Nacional de Auditoría para Emergencia, al controlar el destino de los aportes, ante la recesión laboral y, la amenaza provocada por el virus, con receso productivo y comercial.
Las exigencias ojalá se atiendan sin dilaciones, sin que se enreden los bolsillos de pago, para cubrir el Impuesto Predial, pese a plazos hasta 19 de junio.
Y desearle luz verde a Ecopetrol en ahorro de 2 billones de pesos, decisión asumida al caer el precio del petróleo; lo mismo a la economía de la nación, ante el aumento del dólar.
El compromiso compartido con la sociedad civil está en manos de banca y financieras privadas, junto con el Consejo Gremial, y están obligados a mantener paso firme y equilibrio decisorio.
Sin polémica en circunstancia de ahora, la ciudadanía está llamada a participar con responsabilidad, sin exigencia desbordada, justa y razonable.
Se debe evaluar lo advertido por el Banco Mundial; invita al país a reaccionar sobre mercados monetarios, porque percibe altas tasas de interés: “Están frenando liquidez, crecimiento industrial y comercial.” sostuvo.
La gestión en general es de cuidado en inversión, producción, comercio, sin olvidar y asistencia humana, a medida que se aleje la Pandemia.
Ojalá el Comité Nacional de Paro, integrado por las centrales de trabajadores lo entiendan; lo único que se les escucha, es invitación a paros nocturnos, con olletas; y, será mejor, sin vándalos destructores.
Así se espera que se evite duro impacto económico y, como resultado de esfuerzos, cumplir la palabra prometida.