De Ángeles y Arcángeles | El Nuevo Siglo
Jueves, 14 de Noviembre de 2024

Sin ser un “trumpista integral”, me atrevo a decir que, en virtud del principio popularmente comprobado que privilegia al “menos malo”, USA la sacó del estadio con la elección del políticamente incorrecto Donald Trump quien, no obstante su prontuario -en otros países también eligen  presidentes así- y su estilo desabrochado, arrogante, por lo menos hizo un buen primer gobierno y seguramente se va a superar en este segundo, que comenzará en enero 20 de 2025 y le toca lucirse porque, quiérase o no, el futuro de la humanidad y los temas de guerra y paz quedan metidos dentro de sus manos, para no hablar de la migración irregular que, si no la atajan, fácilmente puede asfixiar a la primera potencia del mundo, a donde sueñan con llegar millones de marginados del universo.

Y la noticia es buena para el mundo entero, porque Donald es frentero, pragmático, inspira respeto “profundo” (de que carecía Kamala) incluso a los dictadores de China y Rusia, y miedo a los tiranos de Nicaragua, Cuba y Venezuela, que se han especializado en pisotear los derechos humanos de su gente, empezando por los más jóvenes que se atreven a pedir una pizca de libertad y democracia, saliendo a protestar en la calle.

Y a propósito de La Calle, el senador Humberto, exvicepresidente del extraviado Samper y líder negociador de un proceso de paz que no fue, parece haber sido quien primero utilizó el concepto de la “Colombia Profunda”, antes de que se lo apropiara nuestro inefable Petro para tratar de comprender la parte sufrida y marginada de nuestro país, es decir, a Colombia entera, porque en este larguísimo gobierno (que el melenudo funcionario de las “tetas del paraíso” propone prorrogar criminalmente “siguiendo la tónica de los Maduros”), Patria donde la seguridad ya es quimera y por efectos del “cambio político” la ciudad se ha convertido en selva pura, llena de alimañas y bestias de todos los pelambres.

Frente a las cruciales elecciones del 2026, estamos a punto de presenciar un espectáculo de película, cuando se proyecte en pantalla la batalla final entre el bien y el mal, entre Gabriel, el último de los siete arcángeles del Paraíso, fornido y bondadoso, ser de luz, y ese ángel caído llamado “Petromael”, abanderado del lado oscuro de la humanidad -perfecta encarnación del maligno- que hace todo lo posible por “expandir el virus de la maldad por todas las estrellas del universo, empezando por Colombia”.

Por ser la “batalla final” es que tenemos que escoger bien a nuestro candidato de la derecha democrática, uno solo, que no se vaya a replicar la tragedia del 2012, cuando “Petromael” ganó la alcaldía de la ciudad capital ante la estúpida división entre Enrique Peñalosa y Gina Parody quienes, en medio de su guerra de egos, prefirieron hacer caso omiso de la realidad política y lanzarse a la diabla…para ser pulverizados en las urnas por el exguerrillero populista. Y ¿quién podrá ser nuestro Arcángel Gabriel? Existe un colectivo de excelentes nombres… Miguel, María Fernanda, Paloma, Abelardo, Jonathan (que yo inventé), Rubén (el último de los llegados, salvador de empresas), pero falta el más fuerte: Germán.

Post-it. Excelente noticia es el nombramiento del senador Marco Rubio como futuro Secretario de Estado -canciller- de los Estados Unidos, porque bien sabemos de su posición derecha y como amplio conocedor de problemas internacionales, incluyendo los “profundamente” graves de nuestro país, cuya democracia está amenazada.