Debe analizarse… | El Nuevo Siglo
Viernes, 6 de Abril de 2018

Varios documentos de la OACI sobre políticas sobre tasas aeroportuarias establecen que los Estados pueden permitir la imposición de tasas aeroportuarias solamente por servicios y funciones que son proporcionados exclusivamente, directamente relacionados con o en última instancia beneficiosos para las operaciones de aviación civil. Con este preámbulo, la propuesta del señor alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa no constituye ninguna novedad en el ámbito de la financiación de proyectos de infraestructura y de los cuales se beneficia, ya sea, directamente o en última instancia la aviación civil.  Pero debe él aclarar si el cobro de COP $5,000 en vuelos nacionales y USD $ 5 en vuelos internacionales sí beneficiará directamente o en última instancia a la aviación civil.

Supongamos por el momento que las obras que financiarían futuros proyectos de infraestructura benefician directamente o en última instancia a la aviación civil. Por ejemplo, una o varias líneas de metro que conecten al aeropuerto internacional El Dorado con Bogotá.  En este hipotético caso, lo que se espera es que esta obra, financiada con dichas tasas aeroportuarias, reduzca los tiempos de viaje de los viajeros hacia el aeropuerto lo cual trae grandes beneficios económicos y facilita el transporte aéreo.  O, por ejemplo, el Túnel de Oriente, que reduciría de 45 minutos a 18 los tiempos de viaje entre Rio Negro y el Valle de Aburrá. Estos dos casos beneficiarían directamente a la aviación civil, y por lo tanto la OACI no se opone al cobro de tasas aeroportuarias.

Cosa distinta es si se quiere financiar la construcción de una terminal de Transmilenio en Fontibón. Este caso si no tendría el visto bueno de la OACI muy seguramente. Esto que propone Peñalosa no es un invento de él. Hace unos años la FAA aprobó la construcción del proyecto intermodal que extendía en 1.3 kilómetros la línea de metro ligero del aeropuerto de Newark para conectarla con la línea del Amtrak / New Jersey, con sobretasas aeroportuarias. Y, aprobó la construcción de una línea férrea que unía el aeropuerto de Nueva York con línea férrea de Long Island, pues esa obra beneficiaría la aviación civil aumentando 3 millones de pasajeros adicionales dicha terminal aérea. Si el cobro de dichas tasas aeroportuarias beneficia al transporte aéreo, ya sea directamente o en última instancia, tal y como lo recomienda la OACI, no hay por qué oponerse y hay que pensar en el beneficio a futuro. 

 @ReyesJuanfelipe