Colombia apurada por llegar a la Cuarta Revolución Industrial, que se impone en el mundo, se acerca sin concretar caminos, alrededor de la iniciativa del presidente Duque para despegar el rumbo al Emprendimiento Empresarial junto con Economía Naranja.
La visita del mandatario a California (Estados Unidos) despertó sueños lejanos para verlos, en lo que resta de este año, en la agenda de desarrollo económico del país.
No se duda la importancia que significa la demostración colombiana al invitar a gigantes en tecnología, como Google, Cisco, Apple y Microsoft, para vincularse al proyecto, al construir emprendimiento empresarial y de paso, promover Economía Naranja.
El Gobierno no ha explicado el fondo de la propuesta a tremendos gigantes, para entender cómo se establecerían aquí. La experiencia enseña que esas trasnacionales vendrán sin soltar patentes de su creatividad, ni mucho menos, a compartir negocios.
Analistas de este escenario con expertos duchos en extender sus lazos financieros, sostienen que su presencia será para vender servicios con conexión internacional; única base negociadora que sin duda les atrae.
De ese esquema se pueden interesar los grupos empresariales del país, los cuales atienden no menos de cinco frentes, en finanzas, bancos, seguros, construcciones de alta ingeniería vial y, energía, entre otros. Ellos tienen los presupuestos para sostener vínculos.
De lo contrario, el efecto de los grandes se verá solo generando empleo a profesionales en tecnología digital y, trabajos asistenciales. Es ilusión esperar que combinen inversiones y acciones con nacionales.
Los que ya tienen emprendimiento empresarial son los estadounidenses. Y a Economía Naranja se vincularán con servicios de último grito; Ellos ya cruzaron la línea naranja diseñada para pequeños y medianos empresarios colombianos.
Así este fenómeno muestra el nudo entre Emprendimiento y Economía Naranja. Debe desatarlo el Gobierno Nacional para precisar quiénes, con qué y cómo harán parte, los interesados de aquí.
En la Naranja hay miles de colombianos pequeños y medianos, en producción creativa, en confecciones, cultura pictórica, diseño industrial, ingeniería ambiental, enseñanza deportiva, música y Medicina preventiva, que se impone en muchos países.
La verdad es que trabajan sin cinco, pero el doble de cualquier empresa trasnacional para cubrir inversión, sostenerse los dueños y, medio pagar salarios débiles a sus empleados, esperanzados en ser grandes algún día para estar en Emprendimiento Empresarial.
No se trata de saboteo a la iniciativa del mandatario colombiano; El camino, sin duda, es precisar que un programa es uno, y el otro, es otro para nuevos empresarios, con capacidades, pero desplatados.
Importante ubicar los dos proyectos en Gobierno, con presidencia a la cabeza, antes de que sea derrotado en el Congreso, donde dilatan todo.
Por ahora el nudo entre Emprendimiento y Economía Naranja está sin desatar.