Descansa en paz, Oscar | El Nuevo Siglo
Lunes, 24 de Junio de 2024

Pasaron 16 años y, finalmente, Doris y Darío recuperaron los restos de Óscar; así pudieron despedir dignamente a su hijo. Óscar Morales Tejada fue asesinado por miembros del ejército en el año 2008. La última vez que su familia habló con él fue el 31 de diciembre de 2007; llamó desde Cúcuta, a donde había llegado atraído por la posibilidad de trabajar con el ejército, les deseó feliz año, les dijo que los vería pronto y colgó. Nunca más volvieron a saber de él.

Cuatro años después fue reportado falsamente como criminal dado de baja en combate, pero su cuerpo nunca apareció. Así empezó el drama de estos padres que hoy, por fin, encuentran un poco de alivio a su dolor. La tragedia de esta familia es la de otras miles, al menos 6.402, cuyos seres queridos fueron víctimas de ejecuciones extrajudiciales entre los años 2003 y 2008. ‘Falsos positivos’, fue la expresión que utilizó la prensa para referirse a este episodio, uno de los más escabrosos de este país, ya de por si bien curtido en el horror.

Tanto el asesinato y la desaparición de Óscar, así como el hallazgo de su cuerpo expresan, a la vez, lo peor y lo mejor de este país. Su asesinato no solo acabó con su vida y causó un daño irreparable a sus seres queridos, sino que deshonró al ejército y rompió la confianza de la ciudadanía en la fuerza pública y en las instituciones el Estado. Con la muerte y la desaparición de Óscar todos perdimos, aunque no lo conociéramos.

A la vez, su búsqueda hizo evidente el tesón de sus padres y la solidaridad de la comunidad representada en el movimiento de las Madres de Soacha (Madres de Falsos Positivos -Mafapo) y en el trabajo de la Comisión Colombiana de Juristas. El hallazgo de Óscar expresa también la pertinencia de mecanismos estatales como la Jurisdicción Especial para la Paz -JEP y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas -UBPD. En la otra cara de esta historia, está grabada una versión de Colombia que no se resigna a la barbarie; es allí donde yo quiero verme reflejada y, de alguna manera, sentirme también reparada.

Durante 16 años, las Madres de Soacha buscaron incansablemente a sus hijos. Óscar era el último que faltaba por ser encontrado. Con él termina de restituirse el buen nombre de estos jóvenes y el de sus familias. No eran criminales, ni murieron en combate. Eran muchachos en busca de oportunidades en un país que les negó todo, hasta la vida misma. Apareció el cuerpo de Oscar, pero aún falta saber exactamente qué fue lo que pasó, cómo murió.

Termina la búsqueda de estas madres y se enciende una luz para otras muchas más. Junto a él aparecieron 51 cuerpos que aún deben ser identificados. Falta mucha verdad por desenterrar y el camino aún es largo.

Por ahora, un abrazo enorme a la familia Morales Tejada y a Óscar que, por fin, descanse en paz. 

@tatianaduplat