La casa de cultura de Sabaneta -Antioquia-, ha tenido la buena idea de conmemorar los doscientos años de la sanción de la ley de libertad de vientres de los esclavos, expedida en el congreso fundacional de Cúcuta por Don José Félix de Restrepo. Como descendiente de este ilustre patriota fui invitado a dirigir al auditorio unas palabras durante la conmemoración de este hecho fundamental en la historia social del país.
La abolición total de la esclavitud vino a tener lugar 30 años después, en 1851, siendo presidente de la República el general José Hilario López.
Casi todas las leyes de liberación de la esclavitud que se expidieron a lo largo del siglo XIX lo hicieron de manera gradual. Chocaban entonces dos reclamos: el que pedía por razones humanitarias la abolición de la esclavitud y el que sostenía que a los dueños de esclavos era menester indemnizarlos por la pérdida del trabajo esclavo que, entonces, era la fuente principal de capital en la economía colombiana. Conciliar aquellas dos posturas (con la creación de fondos para resarcir a los propietarios de esclavos y con el reconocimiento inicial de la libertad a quienes nacieran a partir de 1822 de madre esclava) fue el proceso que se llevó a cabo gradualmente, durante los treinta años que van desde el Congreso de Cúcuta de 1821 hasta la expedición de la ley de la abolición total en 1851.
El profesor Leopoldo Uprimny en sus estudios sobre el significado histórico y filosófico del Congreso de Cúcuta, ha demostrado cómo la abolición de la esclavitud fue la más avanzada de la región; y no fue traumática gracias a los aportes de don José Félix de Restrepo en aquel memorable congreso de Cúcuta.
José Félix de Restrepo nace el 28 de septiembre de 1760, en Envigado, en el solar familiar de la familia Restrepo que hoy hace parte de la jurisdicción del municipio de Sabaneta.
Perteneció Don José Félix a aquella generación que llega a su madurez en las postrimerías del virreinato y en los primeros días de la República. Además de ser el inspirador de la abolición de la esclavitud fue ante todo un maestro de juventudes. Tal era su vocación: era un educador ilustrado. Participó en la tertulia del sabio Mutis en Bogotá, a donde viajó muy joven a adelantar estudios de jurisprudencia. Luego, rodeado ya de un gran prestigio intelectual, es invitado a regentar la cátedra de filosofía en el seminario mayor de Popayán donde permanece seis años. Conjugó sus enseñanzas filosóficas con las de las ciencias exactas, la física y las matemáticas, al mejor estilo de los ilustrados borbónicos.
Sus discípulos fueron una pléyade de patriotas que siempre lo admiraron inmensamente: Caldas, Zea, Camilo Torres, José Hilario López y Mariano Ospina Rodríguez quien fue, además, uno de sus mejores biógrafos.
Cuando las fuerzas de la reconquista de Morillo se acercan a Popayán, José Félix de Restrepo regresa a su tierra natal, donde colabora con el mandatario de aquella provincia Don Juan Del Corral, en lo que habría de convertirse en 1814 en el primer estatuto expedido en Colombia contra la esclavitud, redactado por Don José Félix para Antioquia.
Sus paisanos antioqueños lo eligen siete años después como su delegado para representarlos en el congreso de Cúcuta, del que es elegido por unanimidad como su primer presidente. Allí presenta su proyecto para abolir la esclavitud en Colombia que mantuvo rasgos muy similares al redactado por él para Antioquia, y que fue aprobado por unanimidad y entusiasmo extremo por los delegados y por Bolívar.
El discurso -o lo que hoy llamaríamos exposición de motivos- con el que Restrepo sustentó su iniciativa es una de las piezas fundamentales en la historia política de Colombia. Entre otras tesis allí desarrolladas hay una que no por lo sencilla dejó de tener un efecto rotundo entre los asistentes: ¿si los colombianos habíamos decidido romper las cadenas con España, qué lógica tendría mantenerlas sobre los esclavos?
El problema de la esclavitud fue quizás el único que no pudieron resolver los delegados al Congreso que redactó la constitución de la unión americana en Filadelfia, en 1787. Se requirieron ochenta años para poner punto final a esta vergonzosa condición de la esclavitud que, en las propias palabras de Lincoln, había dividió la casa de los estadounidenses hasta cuando la controversia se dirimió con la terrible guerra civil de 1861-1865.
Guardadas todas las proporciones podemos decir, sin exageración, que José Félix de Restrepo fue el Abraham Lincoln colombiano.