En pocas semanas el gobierno debe presentar al Congreso y al país el Marco Fiscal de Mediano Plazo (2023). Este documento, que es el más importante estudio sobre las finanzas públicas que se hace cada año, cubre un horizonte de tiempo de 10 años. Es decir, le echa una mirada al panorama fiscal de Colombia hasta el 2033.
Es en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) donde podremos calibrar si efectivamente todos los gastos y reformas que se están presentando son compatibles o no con los postulados de la regla fiscal, tantas veces invocada por el ministro de Hacienda como lindero infranqueable para juzgar si la catarata de gasto público que está anunciándose atropelladamente resulta compatible con la sostenibilidad fiscal del país. De allí su importancia.
Es en el marco fiscal (MFMP) donde podremos apreciar -y lo que es muy importante: cuantificar- si, por ejemplo, la reforma a la salud que se empieza a discutir en el Congreso es compatible con la regla fiscal. El ministro de Hacienda dijo, hace poco, que esta reforma tendría un costo de $30 billones después de revisar el estimativo inicial de $ 90 billones. Pero después el ministerio de Salud afirmó, por boca del director del Adres, que el costo de esta reforma era insignificante durante el gobierno Petro, pero que en los diez años subsiguientes podría llegar a costar más de $ 118 billones: suma nada despreciable por cierto equivalente a cinco reformas tributarias.
Otro tanto sucede con los cálculos iniciales que empiezan a circular sobre la reforma pensional. Según la asociación de fondos privados la reforma incrementaría el pasivo pensional en 224% del PIB, además de otra serie de costos fiscales ocultos que entraña la iniciativa presentada.
El ministro Ocampo ha hecho agregar en todas las propuestas que entrañan nuevos pasivos fiscales que ellos no se podrán asumir sino en la medida que no contraríen los postulados de la regla fiscal.
Estas mismas preguntas le hicieron los gremios recientemente al ministro Ocampo. Entre estos y el gobierno han salido a flote diferencias protuberantes sobre el impacto fiscal que tendrían los proyectos de reforma, en especial el pensional. Es indispensable que esas discrepancias se clarifiquen pronto.
Los gremios le han pedido al gobierno que anticipe el MFMP y que produzca un documento especial sobre el asunto. Las declaraciones recientes de los gremios y las del gobierno difieren en números mayores sobre los efectos fiscales de estas reformas. Seguir adelante sin que sobre esto haya plena claridad sería una locura.
Si estas diferencias no se aclaran pronto tendrá que ser el marco fiscal de mediano plazo el que las zanje de una vez por todas. Está mucho en juego como para que queden flotando ambigüedades sobre tan grave asunto.
Llegó el momento para que la repetida advertencia del ministro de Hacienda deje de ser un mero estribillo fiscal para convertirse en un verdadero cedazo del torrente de gasto público que se le vino encima al país.
Ese cedazo será el que determine cuáles gastos se pueden ejecutar y cuáles no, y en qué secuencia se podrán realizar. Si es que realmente queremos naturalmente mantener la sostenibilidad fiscal de Colombia en los años venideros.
De allí la importancia trascendental del próximo Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) que conoceremos en pocas semanas.