La definición de terrorismo, adoptada por un grupo de más de doscientos académicos de 50 países en diciembre de 2005 en Madrid, un año después de los ataques a los trenes suburbanos y en la estación de Atocha, no menciona, porque no era el tema a discutir en aquel momento, el terrorismo de Estado. Pero encuentro en la web la siguiente definición: El terrorismo de Estado consiste en la utilización de métodos ilegítimos por parte de un gobierno orientada a inducir miedo o terror en la población civil para alcanzar sus objetivos o fomentar comportamientos que no se producirían por sí mismos, los que se justificarían por razones de Estado. Por supuesto se conocen muchos ejemplos en los que no me puedo extender ahora, pero incluyen, por supuesto, la violencia y las amenazas de violencia que son la forma más sutil del terrorismo de Estado.
En un conmovedor reportaje de NTN 24 sobre el drama de los cubanos en Urabá, se refirieron a las amenazas de deportación a Cuba que los aterran con razón - este verbo viene de terror-, al cerco con vallas metálicas de la policía y a los helicópteros que los sobrevuelan como si fueran los peores delincuentes. Ese se llama terrorismo de Estado que no se limita a las meras amenazas: cuando estoy escribiendo este artículo dice la prensa que 14 migrantes fueron deportados a Cuba, lo que claramente viola la Convención sobre Refugiados que prohíbe la devolución a sus países de origen.
El art. 31 de la Convención dice: “Prohibición de expulsión y de devolución ("refoulement"): Ningún Estado Contratante podrá, por expulsión o devolución, poner en modo alguno a un refugiado en las fronteras de los territorios donde su vida o su libertad peligre por causa de su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social, o de sus opiniones políticas.”
Yo también estaría aterrado de que me devolvieron a Cuba y me entregaran en las fauces de los hermanos Castro. Pero tal cosa no conmueve a nuestro Gobierno, acostumbrado a agachar la cabeza.
¿Qué pensar cuando el Gobierno dice que si no se vota por el sí las Farc éstas van a trasladar la guerra a las ciudades e, implícitamente, recuerda casos como el de la bomba del Club El Nogal? No hay violencia real pero sí amenaza de violencia y no por el Gobierno sino por las Farc. Sigue siendo terrorismo de Estado.
A los Uber se los amenaza, sin fundamento legal alguno, con meterles los carros cuarenta días a los patios. ¿No es eso terrorismo con unos trabajadores, señor Ministro del Transporte? Se dirá que estoy exagerando. Pero no, si se mira desde la perspectiva de un Gobierno que ha unificado en sí todos los poderes que la sana democracia ordena que estén separados. Es el comienzo.
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Coda: No sé si en la reciente reunión de las ministras de Relaciones Exteriores, en la que no se avanzó nada, Venezuela haya aterrorizado a Colombia. O si, simplemente, el cierre de la frontera y la falta de respuesta colombiana son una muestra de nuestro respeto con Maduro.