El tal cambio no existe | El Nuevo Siglo
Jueves, 2 de Marzo de 2023

Muchos políticos del centro, como el humillado exministro Gaviria, corrieron a apoyar a un candidato que decía estar en contra de lo que representaba la clase política tradicional: politiquería, nepotismo, abuso del poder, clientelismo, mermelada, egolatría, abuso con lo público: aviones, helicópteros, casas, fincas, camionetas, escoltas, sueldos, grandes comitivas en viajes, etcétera. Y encontraron en Petro, su familia y conmilitones al candidato perfecto para “el cambio…”  

Detrás de esos políticos salieron como borregos muchos ciudadanos de todo tipo desde la aristocracia divinamente hasta ingenuos y humildes que ven aun en Petro a un reencarnado Gaitán. Me sé de memoria la narrativa aristócrata justificando su voto Petrista: ¡Ahí está Ocampo! ¡Es profesor de Columbia! Más neoyorquino que Dave Gahan el vocalista de Depeche Mode. ¡Le cabe el mundo en su cabeza…! ¡Ahí está López …toda la experiencia del mundo! ¡Ahí está Gaviria! ¡Las instituciones de Colombia son muy fuertes! Bla …Pues no… Y ya empezó a implosionar esa narrativa. Ya salieron del ministro Gaviria y no demora en salir Ocampo y volver a Nueva York - ¡qué envidia! - .Ya no existe el tal balance que pensaban que darían esos de centro o mejor de Santos…

Los del cambio gastan más. Abusan más. Farolean más. Nuevos ricos. Son los petroburgueses. A los que se refiere Mauricio Vargas en su columna reciente en El Tiempo. Al momento de posesionada, la brillante y humilde Francia, ya estaba subiendo un dj al booth y tenía un chef afro (excluido hasta ese momento seguramente) repartiendo pinchos exóticos y al otro día estaban cambiando las cortinas rotas que seguramente el “viajero y despilfarrador” que dejaba el palacio les había roto a los nuevos huéspedes.

De malas los que creyeron que el cambio vendría de un partido político llamado Pacto Histórico y que debería llamarse Pacto Corrupto. Cuyos militantes en su mayoría tienen en común una tripleta de valores muy importantes hoy en día:  ser vago, drogadicto y minoría. Ahora, súper empoderados se hacen los que trabajan. Escoltados y encamionetados son la petroburguesía. Son embajadores o congresistas. Aprovechan y meten a sus parejas a trabajar a la misma oficina para juntos fumar regularmente marihuana y cuando quede tiempo hacer leyes o reformas estructurales de todo. Les cayó el baloto… rememorando una reciente columna de Germán Vargas Lleras.  ¡Vivir sabroso! en palacio o en conjuntos “elitistas” de importantes financiadores del Pacto Histórico...

De humildes y austeros no tienen un pelo los petroburgueses. La nueva élite colombiana. Y quieren acabarlo todo. Una “gran transformación cultural” como nos la quieren vender la congresista drogadicta o el embajador en México. El mismo que no avala nadie…Qué paradoja que un país socialmente podrido por el narcotráfico mande de embajador a un país espectacular pero herido por el narcotráfico a un consumidor regular de drogas.

Tal vez por eso el Financial Times pegunta si Colombia es la siguiente Venezuela. Y esto explica por qué el 61% de los colombianos se quiere ir de Colombia. Lo confirman Datexco, Dane, Migración Colombia y Cerac…

juanfelipereyes@hotmail.com