El tumbe | El Nuevo Siglo
Jueves, 3 de Agosto de 2017

Colombia escenifica la más grande historia delictiva contra su economía, alrededor de dineros del Estado y particulares, con protagonistas que actúan frescos y desenvueltos en robo grande o pequeño.

Se desarrolla con actores que tienen capacidad de convencimiento, para hacerse a jugosos capitales, nunca imaginados en billones de pesos, tras la conversión de dólares.

La historia con enfoques diferentes, tiene como objetivo, ganar dinero y tener poder; para otros, es alcanzar subsistencia. Los de solvencia, aprendieron estrategia de las mafias.

En Cartagena, los magos del delito, se concentraron en acceso a la chequera de la Refinería de Ecopetrol, -Reficar-. El valor desaparecido, sigue subiendo.

En Bogotá, actores de la película, enlazaron compadrazgo cordobés y, escudo del Congreso de la República; escudriñaron entre Gobierno y particulares, el lugar de las tajadas; el apetito los llevó a la campaña de 2.010.

Y todo se les dio, al servirse el plato, ´soborno en salsa´, preparado por la   brasilera Odebrecht, para infiltrar la campaña presidencial de ese momento para tener contratos. Eso se está callando y enmochilando.

Los implicados, ´sapiando´ alivian cárcel y devuelven algo de dinero.      

La película viene desde el escándalo - Probolsa y, su carnal, - Premiun-  con ahorros de particulares, en ´paraísos fiscales´. Algo han devuelto.

No quedaron atrás, las empresas de libranzas, Estraval y Élite, con maniobras del ahorro de honestos trabajadores.

Los ahorradores esperan la devolución de dineros, antes de fin de año, según prometió Super Sociedades.

El tumbe, tiene distintas formas; es una torre de muchos pisos: Roban y engañan, en proporción a la altura del piso donde estén.

Por ejemplo, abajo, el  -gota a gota- golpea a los de menos ingresos; sigue funcionando detrás de algunos comercios en barrios y poblaciones.        

El dinero recuperado por gestión de justicia o confesión de implicados en corrupción, narcotráfico y contrabando, debería ir a reparación social. Nadie sabe el destino de esa plata.

Lo devuelto o incautado, se requiere con urgencia en salud pública, para atención hospitalaria en el sistema regional y Distrito Capital.

Si el país está en austeridad para controlar gasto público, no sería despropósito, reducir, fusionar o eliminar agencias estatales, algunas dependientes de Presidencia y otras de ministerios.

El Tumbe es delito sin duda, pero continuará. En el primer piso, están quienes buscan subsistir como sea; arriba, iluminan la corrupción.

Para completar, el Minhacienda repite mil veces, que comenzó restricción económica; lo que hace, es meter miedo a los de abajo y gastar arriba. Siguen nombrando funcionarios para el último año.