El primer mes otorgó punto de oro a la sociedad aglutinada para luchar contra la corrupción. El fenómeno -Odebrechet- despertó rechazo total de la ciudadanía. Al parecer, por fin, la gente está dispuesta a pasar de la protesta a los hechos, dentro del marco jurídico.

En sectores públicos y privados hay clima para desatar ´verdadera guerra´, contra toda forma de corrupción. Es un objetivo, nada fácil de cumplir.

Y es meritorio, que empresas del sector privado, así como instituciones estatales, hayan reclamado en los últimos días a trabajadores y funcionarios de dependencias administrativas y financieras, denunciar todo intento de quienes soliciten favores a cambio de dinero.

En gran parte es reflejo del pacto con cara de juramento, comprometido por Fiscal, Procurador y Contralor, ante las cámaras de CMI Televisión. Hay que reconocerlo.

Será pieza fundamental para esperar resultados claros en actividades públicas y privadas, de acuerdo con la palabra comprometida por los tres jefes citados.

No pasa inadvertido el decreto para control a Fundaciones y a las ONG. Muchas reciben aportes nacionales y extranjeros y mueven inversiones de puro negocio y no de ayuda social.

Este reto, al delito que carcome el erario y la financiación para debilitados estratos sociales, debe ser prioridad con acciones y no con mensajes publicitarios, que parecen comerciales transmitidos en los medios de comunicación.

Ir del asombro al rechazo. Nada se obtiene con epítetos, que por más merecidos que sean para los responsables, no pasan a lo positivo como son investigación y cumplimiento de Ley.

Muchas veces el ´madrazo´ al corrupto, se queda en eso, y hasta se vuelve chiste, como tantas cosas en este país ´chistolero´ y mentiroso.   

También la ´avivatada´, está cerca de corrupción. No faltarán quienes salten a crear supuestos Centros de Estudio, para seguimiento a la corrupción, buscando dinero, contratos y no resultados.

Funcionan reconocidas instituciones, como universidades, que trabajan el tema y organismos internacionales especializados, con oficinas en el país, además de la División de Inteligencia Anticorrupción, de la Policía Nacional. Con eso basta.

La mira debe dirigirse a 63 contralorías regionales, en su mayoría focos corruptos en departamentos y municipios, junto con registradurías municipales, donde la delincuencia, se mueve cambiando identidad.

Con ojo de imparcialidad, seguir a las Agencias de Gobierno, algunas inciden en contratación silenciosa con particulares, tanto como al Congreso de la República.

Para probar que la limpieza comienza, se pregunta, si los gremios empresariales, expulsan a sus afiliados, sancionados por la justicia en corrupción probada.