Ernesto Rodríguez Medina | El Nuevo Siglo
Sábado, 24 de Enero de 2015

Un camino mal iluminado (II)

 

Escribir  sobre propias experiencias no deja de ser un poco antipático, pero con el perdón de nuestros lectores lo vamos a intentar por considerarlo pertinente al tema tratado en nuestra última columna: el de las controversias dentro del proceso de paz del presidente Juan Manuel Santos.

Corría 1964 ¡hace más de 50 años! Y nosotros trabajábamos en la Redacción Económica de El Tiempo. Recibimos una amable invitación de Rodolfo Martínez Tono, fundador y director  por esos días del Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, para que lo acompañáramos en la inauguración del primer Centro Industrial de la entidad, al sur de Bogotá. Luego de la ceremonia y del recorrido por las espléndidas instalaciones, el anfitrión inquirió por nuestra opinión. "El SENA es una maravilla clandestina", le respondimos. Una semana después nos invitaba a acompañarlo en la oficina de Información de la entidad para ayudarle a sacarlo de la clandestinidad. Fue una fascinante labor que duró más de diez años, dando a conocer las bondades y ventajas de la formación profesional, a través del SENA. De lo que se trataba era de que los colombianos conocieran qué era la capacitación y cómo acceder a ella.

Otra experiencia enriquecedora, nos ocurrió diez años más tarde cuando, en compañía de la incomparable Ivonne Nicholls, de Seguros Bolívar, gestamos y organizamos el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, que ha contribuido al conocimiento de esta magnífica aseguradora en el país y de manera notable a exaltar la labor de cientos de periodistas colombianos.

Todo ello lo escribimos a propósito de las grandes falencias que padece el proceso de paz y que por la falta de elementos de juicio están impidiendo que los colombianos nos comprometamos como debe ser con los acuerdos que se suscriban. Creemos sinceramente que siendo la paz un asunto de Estado y no simplemente de gobierno, este último se ha preocupado tan solo por hacerles propaganda a las conversaciones con las Farc y solo a regañadientes ha mostrado algunas actas, como si todos nosotros no fuéramos también víctimas del conflicto. Esto tiene que cambiar radicalmente si el presidente Santos quiere que todo el país lo acompañe en su loable empeño y así poder neutralizar al uribismo y los enemigos de las negociaciones.

De lo que se trata es de informarles a todos los colombianos, por todos los medios y canales, con contenidos didácticos de lo que se conversa y pacta en la mesa de La Habana y coordinar a los funcionarios gubernamentales, nacionales, regionales o municipales, para comprometerlos -hasta ahora les ha sido totalmente indiferente la cuestión- en una campaña integral sobre los tópicos referentes.

Finalmente y para grata ilustración temática pensemos en la diferencia que hay entre desayunar con huevos de gallina o con huevos de pata, la hembra del pato. Todos estamos acostumbrados a comer de los primeros. Muy pocos degustan de los segundos. La razón parece ser sencilla. La gallina pone sus huevos y cacarea y no deja de hacerlo sino hasta que los recogemos. La pata, por su parte, pone los suyos y !os esconde...¡Como nadie sabe en dónde pues nadie come huevos de pata!

 

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Adenda

¿Hasta cuándo el fiscal general de la Nación, Luis Eduardo Montealegre, dejará de meterse en todo y de hablar sobre todo y se limite a sus funciones de investigar e incriminar?

ernestorodriguezmedina@gmail.com