CALCULADO o no, el exilio forzado del proclamado por la oposición como presidente electo de Venezuela, Edmundo González Urrutia es un golpe en el ánimo de la mayoría ciudadana anti-régimen que, liderados por María Corina Machado, esperaban una mayor presión y acción internacional para iniciar la transición democrática en este país tras evidenciar fraude electoral en las elecciones del 28 de julio pasado.
Cinco semanas después de la cuestionada reelección de Maduro y de que la oposición publicara copias del 80% de las actas electorales en poder del Consejo Nacional Electoral que demostraban un triunfo por ‘paliza’ de Edmundo González, este candidato accidental del antichavismo convertido en ‘presidente electo’, según esas evidencias, se vio forzado a abandonar su país por la ofensiva judicial del régimen en su contra, que ordenó su arresto acusándolo de delitos inexistentes, a saber: "desobediencia a la ley", "conspiración", "usurpación de funciones", “traición a la patria” y “sabotaje”.
El ala judicial del régimen, representada por Tarek William Saab puso la lupa sobre el proclamado por la oposición venezolana como vencedor de la presidencial desde la misma noche del 28 de julio pasado y enfiló todas sus baterías contra él una vez Maduro indicó, horas después, que tanto González como Machado deberían estar en la cárcel.
Los ‘delitos’ de esta dupla política y su equipo de campaña fue haber publicado en una web del partido las actas electorales que mostraban el triunfo del candidato opositor y, por ende, el fraude cometido por el régimen, que justificó la tardanza en la entrega del primer y único boletín del CNE hacia la medianoche, argumentando un hackeo en la transmisión de datos a ese organismo.
Citado en tres ocasiones a la Fiscalía, para un proceso tan desconocido como sin garantías, Edmundo González vivió estas semanas en la clandestinidad, la que ayer se develó fue la Embajada de Países Bajos en Caracas y, posteriormente, la residencia del embajador español desde donde comenzó los trámites para solicitar asilo, junto con su familia, sumándose así a la larga lista de dirigentes opositores forzados al exilio. (Juan Guaidó, Leopoldo López y Antonio Ledezma, entre otros).
Si bien María Corina Machado afirmó que la salida del ‘presidente electo’ era “necesaria para preservar su libertad y su vida”, ese hecho podría ‘enfriar’ las masivas protestas ciudadanas que, pese a la feroz represión del régimen, se han mantenido.
Así la gran pregunta es si “hasta el final” como fue el lema y la promesa de campaña de Machado podrá cumplirse y, sobre todo, si el mundo democrático pasa de las expresiones de solidaridad y rechazo al régimen Maduro a acciones más efectivas (sanciones a hidrocarburos, asilamiento internacional y hasta financiero) que lo lleven, entre otras cosas inmediatas, a que se publique la totalidad de las actas de la elección presidencial, respete la voluntad popular y abra camino hacia una transición democrática, evitando así de paso una nueva y masiva diáspora.
"A partir de nuestra histórica victoria del 28 de julio de 2024, el régimen desató una brutal ola de represión en contra de todos los ciudadanos" y que "incluyó todo tipo de ataques contra el presidente electo y su entorno", sostuvo Machado en redes sociales, agregando que la vida de González estaba en riesgo y "las crecientes amenazas, citaciones, orden de aprehensión", sumados a "intentos de chantaje y de coacción", pusieron de nuevo, en manifiesto, que el "régimen" de Nicolás Maduro "no tiene escrúpulos ni límites".
Fue por ello, explicó, que ante la intención del régimen de “silenciar" y "doblegar" al elegido democráticamente por los venezolanos como su presidente, el único camino ante esa "brutal realidad" era su huida.
Sin embargo, la líder de Vente Venezuela instó a no tirar la toalla: "Su intento de golpe de Estado a la soberanía popular no se va a concretar…La represión sólo "deslegitima y hunde al chavismo”, expresó, al tiempo que se mostró confiada en que González pueda tomar posesión el 10 de enero de 2025 como presidente de Venezuela.
Finalmente aseguró que “Edmundo luchará desde afuera junto a nuestra diáspora y yo lo seguiré haciendo aquí, junto a ustedes, porque esta lucha es hasta el final y la victoria es nuestra".
Otro dirigente que se expresó públicamente para evitar un previsible decaimiento en el ánimo de los venezolanos que quieren el fin del régimen fue el también exiliado exalcalde de Caracas, Antonio Ledezma, recordando que González "es el presidente electo de Venezuela" y que esa circunstancia "no varía si el presidente electo cambia de residencia".
"’El (González Urrutia) sabrá cumplir el rol histórico que le corresponde asumir en este exilio desde donde no cesaremos en mantener firme nuestra lucha por hacer realizad el anhelo de retornar a la patria", manifestó en un comunicado, en que también destacó que ahora la oposición cuenta con el "binomio triunfal" de Machado y González "en escenarios distintos, cada uno de ellos en las dos Venezuelas, la que partió al destierro y la que resiste adentro" con una "idéntica y única estrategia".
Ledezma justificó la salida de González de Venezuela porque "el régimen ha escalado a niveles insospechados, cazando y atrapando a miles de activistas, sin reparar que muchos sean niños, asesinando a disidentes y dictando orden de captura contra el presidente electo, Edmundo González".
Por otra parte, el antiguo líder opositor Juan Guaidó, exiliado en Estados Unidos, reiteró su apoyo a Machado ahora que Edmundo González "está seguro". Machado "está liderando y vamos a acompañarlos. No es un problema de ellos, es de todos, ya sabemos que no hay soluciones mágicas, nos toca ejercer todas las herramientas", añadió.
“Seguimos luchando”
El diplomático venezolano de 75 años, una vez llegó en compañía de su esposa a Madrid a bordo de un avión de las Fuerzas Aéreas españolas, publicó un audio de 41 segundos en el que señaló: “confío que próximamente continuaremos la lucha por lograr la libertad y la recuperación de la democracia en Venezuela”.
El canciller español, José Manuel Albares, informó que habló con González a su arribo al país ibérico, quién le manifestó su agradecimiento hacia el Gobierno h hacia España”.
Explicó el funcionario que de inmediato se inició el trámite de asilo que corresponde, enfatizó, a la solicitud personal de González Urrutia y que "no ha habido ningún tipo de negociación política entre el gobierno de España y el gobierno de Venezuela".
"España no va a darle nunca la espalda, ni va a abandonar, ni a Edmundo González ni a ningún venezolano", agregó en declaraciones a la televisión pública desde China, en las que también enfatizó que la posición de su gobierno no cambia en absoluto respecto a lo que era anteriormente a la salida de González.
Así, volvió a exigir la publicación de todas las actas electorales para su verificación e insistió en que España no va a reconocer "ninguna supuesta victoria si eso no se puede hacer…España va a estar siempre ahí para favorecer el diálogo y la negociación entre el Gobierno y la oposición para conseguir una salida que tiene que ser pacífica y genuinamente venezolana entre venezolanos".
En cuanto a la eventual reacción del Gobierno venezolano, el ministro ha insistido en que el Ejecutivo ha dejado muy claro que todo lo que hace es "en favor de Venezuela y del pueblo venezolano", de ahí la apuesta por el diálogo entre las partes.
Ahí está… ¿y ahí se queda?
El exilio de González Urrutia, calificado como “un día triste para la democracia en Venezuela” por el jefe de la diplomacia dela Unión Europea, Josep Borrell, da la inmediata lectura de que el régimen Maduro ganó el pulso a la oposición, pese a las denuncias de fraude y exigencias de la comunidad internacional para que haga públicas las actas el día de la presidencial.
Seguro de su poder, como es característico en las dictaduras, Maduro ajustó hace dos semanas su gabinete para “transitar la nueva época" y "consolidar la paz ganada" según adujo, empoderando a dos de sus mayores áulicos: Diosdado Cabello, como ministro del Interior, y a la vicepresidenta Delcy Rodríguez, a quien le adicionó el manejo de la estratégica cartera de Petróleo.
La radicalización del régimen la completó ratificando en la cartera de Defensa a Vladimir Padrino López, otro incondicional que cumple a rajatabla con las órdenes de Maduro y su inmediato séquito para hacer reinar el miedo y la desesperanza entre sus gobernados. Mientras, el fiscal Saab, enfila la artillería judicial contra cualquiera, sin distingo de condición, raza o edad, que exprese su inconformismo con la reelección del presidente.
Es, por ahora, incierto el impacto que tendrá en la lucha de la oposición venezolana el exilio de su ganador, así como las acciones que tomarán los gobiernos democráticos para ‘forzar’ un timonazo en Venezuela. Por el momento el régimen se radicaliza y como lo expresó un vocero del conservador Partido Popular Español, “sacar a Edmundo González sin reconocerlo presidente legítimo no fue hacerle un favor a la democracia, sino quitarle un problema a la dictadura”.