Ernesto Rodríguez Medina | El Nuevo Siglo
Sábado, 2 de Enero de 2016

OPINION ORBITAL

Buenos augurios bogotanos

"El sólo cambio de Alcalde Mayor los garantiza"

 

 

Este 2016 comienza con los mejores augurios para los  nueve millones de bogotanos que habitamos y padecemos nuestra querida y maltratada capital. El sólo cambio de inquilino en el Palacio Liévano es el mejor y más seguro de ellos. Por aquello de que  "no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”, los doce nefastos años de gobierno de la izquierda han llegado a su fin luego, de que Garzón estancara sus recursos, Moreno se los robara y Petro los dilapidara.

 

La llegada a la Alcaldía Mayor de Enrique Peñalosa Londoño no solo revive la esperanza, sino afianza la certeza de que todo cambiara para bien. Claro que la tarea no es nada fácil dados los inmensos déficit de realizaciones que se proyectan por todas partes. Petro gastó sus cuatro años en cazar peleas y en no dejar gobernar a sus propios colaboradores. Fue un mal gestor y peor administrador. Peñalosa es todo lo contrario. Quizás lo único malo resida en que ha creado toda una gran revolución de expectativas.

 

Su primera tarea será devolver la confianza a sus gobernados. Luego comenzar a volver realidad todos sus sueños reprimidos por varias derrotas electorales en serie. Comenzó muy bien, con un muy buen equipo de colaboradores. Su primera tarea será limpiar y asear la ciudad, cuyas paredes y mobiliario han sido embadurnadas por la canalla en casi todos sus barrios y monumentos. Chapinero es una verdadera vergüenza. Esta lacra es apabullante e intimidan. Luego habrá que tapar los miles de huecos que son un peligro para autos y peatones.

 

La movilidad ciudadana afecta a todos por igual, pero especialmente a una economía que hace trabajar a la ciudad a media marcha. Hoy un bogotano no puede pretender hacer más de una o dos diligencias fuera de su hábitat por la demora en sus desplazamientos. Y los miles de carros y la morosidad y maltrato que se sufre en el transporte público, que solo está integrado para maltratar a sus usuarios, contribuyen a un estrés colectivo insoportable. La casi total ausencia de cultura ciudadana no hace sino empeorar las cosas. En este aspecto, la presencia cercana del profesor Mockus será una garantía de que esta anarquía podría comenzar a desaparecer.

 

Una herencia muy cuestionada que Petro deja a su sucesor es un presupuesto envenenado para el año que comienza, que para peor, fue expedido por decreto y con pésima mala leche. Está amarrado y sin mayores rubros positivos. Además su perversa  e inelegante decisión de blindar sus nóminas paralelas con los beneficios de la carrera administrativa, dejan a Peñalosa amarrado a una burocracia que ha comprobado con creces su ineficiencia y poca preparación. Como si fuera poco, las pésimas administraciones de muchas empresas  que antes daban grandes utilidades como son la Energía, la Etb y el Acueducto, han raspado la olla de los recursos frescos y necesarios. Pero Peñalosa es hombre de imaginación y audacia y no se dejará maniatar.

 

Él ha prometido que al término de su mandato le entregara a sus gobernados una ciudad modélica para Latinoamérica y el mundo. Y estamos convencidos que cumplirá su promesa. Por lo pronto cuenta con una Consejo mayoritariamente amigo y con toda una población que lo acompañara en hacerle la vida más amable.