Eliminar el régimen simple golpeará a las mipymes y la formalidad | El Nuevo Siglo
El cambio de régimen, para muchos empresarios, es incrementar el pago de impuestos. / Archivo - ENS
Jueves, 12 de Septiembre de 2024
Redacción Economía

Si el proyecto de reforma tributaria presentado por el Gobierno es aprobado por el Congreso, a partir del 1° de enero de 2026 se derogaría el régimen simple de tributación (RST), mecanismo que fue instaurado con el objetivo de aumentar la formalidad empresarial y laboral en Colombia, facilitando la tributación para micro y pequeñas empresas al basarse en los ingresos en lugar de la renta líquida.

Para varios sectores de la economía, la eliminación de esta medida, equiparándola con el régimen normal al que se acogen todas las empresas y personas naturales, va a perjudicar, precisamente, a las mipymes y frenar la formalidad de las compañías o negocios, que hasta este año han aportado casi $1,8 billones en impuestos.

En la exposición de motivos del articulado del proyecto de reforma, para la eliminación del RST, señala que éste “fue creado con el objetivo de incrementar la formalidad empresarial y laboral en Colombia, así como simplificar el sistema de tributación de las micro y pequeñas empresas (...) La evidencia disponible indica que el RST no ha cumplido con los objetivos para los que fue creado. En lugar de fomentar la formalización empresarial, ha sido utilizado como un mecanismo para reducir el pago de impuestos de personas naturales y jurídicas que ya hacían parte de los regímenes ordinarios”.

Recalca el proyecto que “además, el sistema presenta deficiencias en los incentivos de formalización para el resto de la economía. Al estar basado en los ingresos del contribuyente, no genera incentivos para que esos exijan facturación electrónica a sus proveedores, ni para que emitan nómina electrónica que soporte sus costos o gastos, limitando así el impacto del RST en la formalización de otros actores económicos”.

Igualmente, se afirma que el RST incentiva la fragmentación de las empresas, ya que les permite dividirse para mantenerse dentro de los límites y evitar tarifas más altas. Según el Gobierno, esto afecta negativamente la recaudación tributaria.

Más factores políticos que técnicos

Sobre esta situación, Lisandro Junco, exdirector de la DIAN, manifestó a los medios que con la eliminación del RST se está haciendo borrón y cuenta nueva, en lugar de construir sobre herramientas que han demostrado funcionar y que la decisión de acabar este sistema obedecería más a factores políticos que técnicos.

“El régimen simple nació en el año 2018 y se creó en el gobierno Duque como una evolución del monotributo. Construyendo sobre lo construido en el gobierno del expresidente Santos, evoluciona porque lo que buscábamos era lo mismo que el monotributo frente a los riesgos de la informalidad, con un sistema tributario sencillo, y lo logramos porque el simple logra que se fusionen diferentes tipos de impuestos y cargas de cumplimiento”, dijo este experto.

En lo que actualmente está vigente, el régimen simple de tributación da un tratamiento especial a los pequeños empresarios y trabajadores, para generarles un ahorro a la hora de pagar los impuestos de manera unificada, brindando tarifas bajas, las cuales se liquidan según el nivel de ingresos y unido al pago de seguridad social. Como reemplazo de esto, se estaría planteando la creación de una tarifa diferencial por tamaño de empresas.

Es por esto que, según Junco, “esta simplicidad ha generado un recaudo histórico en el que, con corte a julio del 2024, sólo el régimen simple ya llegó a los $ 1,8 billones, es decir, todo lo que se recaudó en todo en el año 2023”, al tiempo que recalcó que la intención de acabarlo nace del disgusto de este gobierno porque “no fue creado por ellos”.

Junco sostuvo que eliminar o modificar este régimen podría revertir los avances logrados en la formalización y llevar a muchos empresarios de vuelta a la informalidad, perdiendo así los beneficios económicos alcanzados hasta ahora; situación que sin duda se podría tomar como un golpe a la economía popular, sector bandera de la Casa de Nariño.

¿Economía popular?

En su cuenta de X, el exministro de Agricultura Andrés Valencia dice que “con la eliminación del régimen simple de tributación se esfuman, al igual que la popularidad de este gobierno, las promesas de gobierno para fortalecer la economía popular, las empresas unipersonales y los consultores independientes. Pésima señal para los jóvenes emprendedores”.

Por otra parte, y durante la apertura del congreso de Confecámaras en Cartagena, el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Luis Carlos Reyes, defendió la posibilidad de eliminar el régimen simple de tributación que se incluyó en la nueva reforma tributaria del Gobierno nacional.

El jefe de esta cartera aseguró que este sistema, en realidad de traer más personas a la formalidad, lo que ha hecho es reducir una carga tributaria de algunos empresarios formales. Insistió en que el Gobierno nacional buscará otras estrategias para incentivar la formalidad.

“En ese orden de ideas, necesitamos pensar en estrategias distintas para traer a la formalidad a los empresarios”, manifestó Reyes.

 

MINISTRO DE HACIENDA

Mejorar el régimen, pero no acabarlo

Por su parte, el presidente de ANIF, José Ignacio López, dijo en un comunicado conocido por este diario, que “el régimen simple busca facilitar la gestión fiscal de empresas pequeñas. Su diseño puede estar siendo utilizado para arbitrajes tributarios, en particular por la inclusión de actividades de servicios profesionales, comprendidas las liberales, un punto que ha señalado Fedesarrollo. No obstante, el simple se ha vuelto un vehículo útil para, como su nombre lo indica, simplificar la carga tributaria de empresas de menor tamaño, que de aprobarse la reforma tendrían que pagar una tasa de renta corporativa del 27 % y enfrentarían una gestión tributaria más compleja”.

Indica López que “el mismo Gobierno reconoce que 35 % de los contribuyentes del simple en los últimos dos años no provienen del régimen ordinario. Este número debería ser mucho mayor, pero para lograr dicho objetivo sería mucho mejor perfeccionar el actual régimen y no acabarlo. Eliminar el simple, cambiando las reglas de juego para las empresas que se formalizaron, es un mensaje que desalienta medidas similares que busquen reducir la informalidad empresarial”.

De acuerdo con el presidente de Acopi en Norte de Santander, Jairo Pulecio, esta medida económica podría terminar generando mayor informalidad, llegaría a doblar la tarifa máxima de tributación y golpearía la economía popular que promueve este renglón en el país.

“Esto desestimula la generación de empresas, las oportunidades para quienes le apuesten a este sector y además una expectativa frente a las obligaciones tributarias”, dijo Pulecio.

Indicó el dirigente gremial que esta medida lo que va a ocasionar es que "van a pasar dos cosas: se va aumentar la evasión, la gente necesita sobrevivir, tener un medio de ingreso; la gente no va a cerrar las empresas –estoy hablando del 95 % que son mypimes en el país–, sino que se va a volver informal”.

Agregó que “van a seguir produciendo sin reportar, aparecerán cierres en las cámaras de comercio, aparecerá como si las empresas se cerraran, pero no lo harán, serán informales; habrá un aumento de la informalidad. Y segundo, habrá reducción del recaudo por retefuente y esto va a afectar la economía desde todo punto de vista”.

Fedesarrollo, de acuerdo

El director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, en su cuenta de X, publicó que “la reforma también plantea la eliminación del régimen simple de tributación. En la exposición de motivos, el Gobierno indica que el 65 % de los contribuyentes en el régimen simple en 2023 y 2024 migraron del sistema ordinario, lo que genera dudas sobre su efectividad como instrumento de formalización y pone de presente el arbitraje fiscal, donde las personas reducen de manera significativa su carga tributaria al optar por el régimen simple frente al ordinario. Al respecto, Fedesarrollo recordó que ya alertó en múltiples ocasiones sobre la inconveniencia de haber incluido a los independientes de servicios profesionales con altos ingresos como elegibles en el régimen simple.

“Con la introducción de un régimen de tributación a las empresas con tarifas marginales que inician en el 27 %, consideramos positiva la eliminación del régimen simple de tributación”, precisó la entidad que dirige Luis Fernando Mejía.