Es en serio | El Nuevo Siglo
Jueves, 2 de Marzo de 2017

Colombia, por encima del promedio mundial de población en estado de depresión, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene una tasa del 4,7 por ciento. Supera el índice global de 4,4 y nadie se siente tocado por el informe.

Un país en proceso de terminar guerra de 52 años, que vive marcada desigualdad social, sin rumbo definido y solvente en servicios de salud pública, aparte del abandono de otros compromisos estatales con la gente, lo menos que puede esperar es la depresión.   

No queda de lado la frustración por crecida corrupción pública y privada, navegando sobre presupuestos asaltados, junto a violencia urbana y rural.   

El Gobierno dice que desde 1998 está el programa de Salud Mental, del ministerio del ramo, para evitar consumo de drogas e indigentes. En más de una década, esa atención fue insuficiente. Muchos pasaron de adolescentes a adultos, en la calle.   

La prueba es que 15 años después, se erradicaron ´El cartucho´ y el ´Bronx´ en Bogotá, con elevado saldo de víctimas. Hay zonas similares en otras ciudades y poblaciones, sin jornadas permanentes en prevención sicológica para todas las edades.

Se requiere atención en Salud Mental, sin crear pánico, ni estigmatizar a quienes padecen depresión, algunos con discapacidad física o enfermedades crónicas. Mujeres y hombres entre 15 y 25 años, son los más afectados según la OMS y organizaciones profesionales en Psiquiatría y Sicología.

Toda la zozobra es por el constante de desorden que vive el país, en políticas económicas y sociales, con equivocaciones en algunas medidas; quiebras, despidos laborales, huelgas, mentiras, malos entendidos entre ciudadanía, amenazas y familias descompuestas.

Eso descompone más que los frustrados amores novelescos de otras épocas, cuando cantaban a la amada boleros de tristeza depresiva. 

Las personas pierden optimismo al futuro ante la odisea para encontrar trabajo, pagar educación y obtener servicio eficiente en salud pública. Quienes no saben afrontar la situación caen en depresión.

La respuesta es alto consumo alcohólico y desorden en comportamiento de la gente apretujada en vivienda deplorable. Si el entorno crece, estallan grescas, agresiones, violaciones y crímenes.

Es urgente, programa de salud mental con didáctica, para aprender a hacer el quite a dificultades. La OMS, dice que 16 por ciento de los colombianos tiene desequilibrio mental. Eso no sorprende a nadie. 

Este país, chistolero, fiestero y deshumanizado en medio del dolor, seguirá igual. El dicho común, debe ser:  - Colombia, sí es para tomar en serio -. Persona que se deprime, destruye su valiosa existencia.