Llegó la hora de hacer una primera evaluación del gobierno de Gustavo Petro. Me preocupa si ese ejercicio es adecuado, ¿Qué es lo que debe evaluarse? ¿La Presidencia? ¿El Presidente y sus funcionarios? ¿La coalición de gobierno? ¿Y no se va a hablar, entonces, de la oposición, o de los independientes? ¿Y las otras ramas del poder público no cuentan en la tarea de gobernar? ¿Lo mismo podría decirse de la sociedad civil incluidos los gremios y, claro está, los medios de comunicación? ¿Ahora, las redes sociales? No podemos dejar de lado los gobiernos subnacionales, gobernaciones, alcaldías.
Es que evaluar un gobierno implica evaluar la noción de gobernabilidad democrática, que incorpora todos los actores que hemos mencionado y otros más.
No es una tarea que pueda hacer un columnista o un profesor universitario. Es un trabajo muy complejo que para que resulte apropiado y creíble, debe contar con la contribución de muchos expertos bien informados capaces de hacer un análisis equilibrado de un proceso político que apenas comienza. Por eso soy tan reacio a plantear un juicio contundente al respecto. Y no veo quién podría hacerlo como corresponde; quizás un trabajo cooperativo entre varias fundaciones podría hacer un aporte de gran utilidad para todos, para el gobierno, para los partidos políticos que lo apoyan, para la oposición, o sea, para todos los actores que se mencionaron anteriormente.
De lo que se trata es de ayudar a la difícil tarea de gobernar. Y eso se hace identificando aciertos, errores, vacíos, exageraciones, etc. Insisto eso es útil para todos, es lo que necesita una sociedad que quiere salir adelante. Elogiar, por elogiar, criticar por criticar, no ayuda. Se sabe por qué se hace lo uno o lo otro.
Una de las contribuciones que resultaría útil sería la de hacer una evaluación de dos temas que me parecen cruciales, a saber:
1. ¿Cómo ha funcionado la coalición de gobierno? ¿Existen reglas para su actividad? ¿Hay acuerdos sobre cómo deben comportarse los miembros de la coalición? Por ejemplo, ¿están obligados a votar siempre los textos que proponga el gobierno o las políticas que anuncia, luego de debates internos serios, en los cuales se han tomado en cuenta las críticas y los planteamientos que consideran como inaceptables algunas propuestas? Creo que no hemos entendido, a cabalidad, cómo debe ser el funcionamiento de una coalición política que gobierna. Un tema estratégico.
2. ¿El Estatuto de Oposición ha sido una herramienta adecuada para propiciar la tarea del gobierno y de la oposición o ya son evidentes vacíos y errores en su diseño?
En mi concepto, el Estatuto de Oposición no es una herramienta efectiva ni para la oposición ni para el gobierno. Y es la hora de que se haga claridad al respecto y si es del caso se introduzcan los correctivos necesarios. Es que el funcionamiento de la coalición está íntimamente ligado al funcionamiento de un buen Estatuto de Oposición. Si falla el Estatuto, falla la Coalición y lo que tiene valor legal es el Estatuto y no la Coalición. Ahí está el problema. Ya se ven las rupturas y cicatrices. Ni siquiera se están aprovechando las experiencias bien conocidas de coaliciones anteriores; no se han hecho los estudios de caso que ayuden a ir mejorando el funcionamiento de una coalición política.