En el mundo de la información al instante, no sólo los datos del mercado sino las expectativas y por ende las determinaciones en la economía, son cada vez más sensibles a los anuncios que desde cualquier tribuna hagan los gobiernos. Así que las recientes noticias de mejores cifras en el empleo y la inflación pueden tener una tendencia sostenible si y solo si el gobierno modera sus anuncios velando por el cuidado de la economía.
Las sugerencias o mensajes que afecten a uno u otro sector inmediatamente se asumen para medir el entorno en el futuro cercano. Pensar la economía como un todo o poner la economía en sintonía, como lo ha dicho en informes la Asociación Nacional de Instituciones Financieras ANIF, se hace necesario para restarle puntos a la incertidumbre.
La alocución presidencial que daba, por un lado, confianza ante la primera señal de tendencia a la baja de la inflación y el empleo no basta si se envían expectativas en contario que pueden afectar la dinámica de ciertos sectores o variables. El sector financiero hoy ejerce una intermediación en una situación de altas tasas de interés, que es el resultado del instrumento que aplica el Banco de la República precisamente para controlar la inflación y aunque pareciera serle favorable, su rol se tiene que centrar en vigilar la calidad de la cartera, que es su activo, en el filtro que garantice el pago de los préstamos, bajo una coyuntura de altos intereses.
Propiamente de este sector no depende decidir bajar las tasas de interés, ni de la expectativa que se dé al público de una disminución hasta tanto las condiciones del mercado lo permitan. Un mensaje en contra lo único que puede hacer es ponerlo en una condición de inestabilidad.
Los resultados del primer trimestre del año muestran también que sectores como la industria y el comercio tienen un menor crecimiento. A su vez, el sector de la construcción sortea dificultades en la oferta de proyectos de vivienda de interés social y el sector turismo se ha visto afectado con los impuestos a los pasajes.
De otra parte, está el empleo. Si bien la tasa de desempleo bajó frente a marzo del año anterior, se concentra ante todo en el empleo por cuenta propia que se asocia más con la informalidad y las expectativas pueden no ser las mejores para el empleo formal. Del buen desempeño de las empresas depende tener un trabajo estable.
De ahí que cada vez sea más latente una percepción favorable del país hacia el sector empresarial como lo acaba de publicar la primera encuesta de percepción en este sentido hecha por la Universidad del Rosario con Casa Editorial El Tiempo y el Centro Nacional de Consultoría. El 72% de los colombianos manifestó admiración hacia las empresas y el 86% no concibe la generación de riqueza del país sin el desarrollo empresarial.
Por el lado de la inflación pasa lo mismo. La tendencia merece tener las alertas puestas sobre los posibles efectos que pueda traer la posible llegada del fenómeno del niño con la sequía, sumado entre otros como el alza en la gasolina. Estos ejemplos indican, una vez más, que la capacidad de la economía para crecer este año está limitada y por tanto es apropiado acudir a la cautela.
* Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI