Ganar sin tumbar | El Nuevo Siglo
Jueves, 13 de Abril de 2017

Tragedia en Mocoa y corrupción dejan mensaje contundente, con advertencia centrada en que Colombia, con tendencia a desequilibrio mental, de espalda a valores humanos, desaprovecha inteligencia para vivir en comunidad. Así estará expuesta a más estallidos sociales y materiales.

Desde el siglo pasado hizo carrera un principio común, en la mayoría de estratos sociales:  -yo primero, porque tengo que ser berraco, y ganar plata como sea. -  Así sembró, falsa competencia con egoísmo y envidias, para crecer semilla corrupta.

No solo fue la avalancha, es el trasfondo de la naturaleza, que nos habla, sin vacilar. Toda nación tiene retos y, para el país, es emprender sin recesos, ni disculpas, una reconstrucción con modelo de virtudes, por encima de defectos.

Durante años  pasó inadvertida la cultura sobre riqueza forestal, ambiental, e hídrica.  La naturaleza nos acaba de decir que, el primer             golpe recibido, fue la deforestación en zonas mineras buscando dinero como fuera, en Antioquia, viejo Caldas, Boyacá, Santander, Chocó y región amazónica entre otras.

Las esmeraldas sembraron guerra de caciques con poder y, canal financiero a política regional y nacional, junto a comercio ilegal desbordado.   Luego marihuana y coca impusieron peso económico e influencia social, al formar ´carteles´ con apetito presidencial y ministerial. Era la llamada berraquera, en el siglo XX.

El estilo penetró con billete, industrias, con falsa producción nacional y contrabando doble-vía. Desterraron agricultores, ganaderos y comercio regional.

Se inyectó lavado de dinero en construcción, hotelería, turismo, música y supuesta arte y cultura, con cantina rumbera como siempre.

Luego tomaron fuerza, acuerdos comerciales en alianza público- privada, bien intencionados y acogidos en el mundo, pero corrompidos en varios países. Eso lo aprendió Colombia.

El soborno es pactado por encima y por debajo, hace años. Creció recibiendo aspirantes a Gobierno central, ministerios, empresas estatales, gobernaciones, alcaldías y por supuesto concejos, donde camina inversión social y urbana.

Muchos negocios en economía moderna, incluyeron en sus presupuestos, sobornos disfrazados, como gastos no previstos. Así avanzó, engaño de doble filo.

Y llegó el reto. Colombia debe blindar las demandas anunciadas contra Odebrechet e incumplimientos de Fenosa – España, con Electricaribe.   

Las contrademandas pueden resultar más costosas que lo reclamado. Los demandados exigirán reintegro de inversión en obras desarrolladas; agregado, el elevado costo de la defensa jurídica del país.  

Este revuelto se enfrentará cambiando el - chip – del país, sin decretos, con justicia limpia y efectiva, con ciudadanía solidaria y, en igual propósito, pensar y educar distinto, para ganar sin tumbar, o se hunde Colombia.