GENERAL (R.) LUIS ERNESTO GILIBERT | El Nuevo Siglo
Miércoles, 17 de Octubre de 2012

Chávez y nuestro proceso de paz

 

Todo  plazo se cumple y esta semana se inicia el proceso de paz, que soñamos nos conduzca al final del conflicto vivido por años en nuestro país, lo cual no quiere decir que terminaron totalmente los problemas arrastrados por esta situación, nos quedara el pos-conflicto, pero cada momento tiene su afán y este lo encararemos a su tiempo.

Con motivo de las elecciones presidenciales en el vecino país, no faltaron voces curiosas sobre la incertidumbre del  rumbo que  podría tomar  el proceso de paz  en Colombia, dependiendo de  los resultados. Sin la mínima pretensión, me aventuro a exponer algunos conceptos relativos al  tema, esperando ser afortunado en mis percepciones y sometiéndome a la consideración  de mis respetados amigos; lo primero sería decir que la disposición y decisión de emprender una negociación es enteramente del Gobierno colombiano, de manera que independiente de los resultados electorales en  Venezuela, el proceso de paz iniciado durante   meses anteriores no es permeable por justas presidenciales vecinas, reconocemos  de primera mano los buenos oficios adelantados por el presidente Hugo Chávez, en favor de las conversaciones del Gobierno colombiano con la guerrilla y entendemos que el Presidente se ha convertido en buen acompañamiento para las negociaciones, sin embargo, es importante aclarar  que su postura no es concluyente ni rotunda ante los fines propuestos, no obstante sus conceptos tengan audiencia en algunos sectores de  armados ilegales. Que a Venezuela como a otros vecinos les interese el devenir del proceso no es de extrañarnos, pues lograr concretar  la paz sustentada en acertadas y prudentes  negociaciones, no solo es conveniente para nuestro país sino para toda la región, y debemos admitir que los países limítrofe se han visto  perjudicados con esta  situación desde todo punto de vista, mencionemos el comercio, el turismo y el mismo intercambio cultural afectado por ese desequilibrio generado desde los suelos colombianos.

Una muestra palpable la tenemos en las márgenes fronterizas, recordemos la problemática en estas franjas compuestas por poblaciones de perfil en su mayoría urbano, lugares donde  se borran los hitos físicos, familiares y patrios, urbes con ciudadanos  enraizados en  dos países, soportados por convivencia tradicional  y  curiosa que  desafía la lógica, sustentada  más en  costumbres que en  ley, por lo tanto es difícil pensar que estos sectores no se perjudiquen con alguna  alteración del orden público en cualquiera de las naciones; no me puedo extender sobre esta problemática pero bástenos saber que la paz colombiana es rocío para todo el sector. El narcotráfico es otro factor regionalmente muy importante y urgente de extirpar pues es enemigo acérrimo de la paz, que florece y se afianza con el enfrentamiento, tema afortunadamente de primer orden en las negociaciones. Resumamos Chávez sin ser determinante es buen aliado.