GENERAL (R.) LUIS ERNESTO GILIBERT V. | El Nuevo Siglo
Miércoles, 11 de Diciembre de 2013

Laboratorios y rutas en mesa de Cuba

 

Tan  preocupante es  lo referente al narcotráfico en la negociación de La Habana, que los ciudadanos  se preguntan cuáles serán los limites de este punto, pues al parecer el país tiene claridad meridiana sobre lo crucial del asunto; ya llevamos dos notas, con esta tres, refiriéndonos a las puntos cruciales que, según  mi entender,  deben centrar  la atención de los  negociadores, y me apenaba que este punto no figurara de primero en la agenda, por ser el caudal de recursos económicos necesarios para enfrentar un conflicto bélico, de largo aliento como el sufrido por nuestro país; luego, en una segunda  oportunidad  describía los pilares que sostienen el negocio como son, cultivos, laboratorios y  rutas, en cuanto a los cultivos ya agotamos la recapitulación, quedando el enfoque de laboratorios  y  rutas.

El cultivo sin laboratorios es una empresa trunca, donde las ganancias quedarían en  cabeza de otros participantes, por lo tanto pensaría que el procesamiento es el centro de la empresa.  Conozcamos superficialmente su  desempeño: para  convertir la hoja de coca en pasta, base o clorhidrato de cocaína, se necesita un  procedimiento apoyado con  sustancias químicas; el  montaje y ubicación del laboratorio deben ser cuidadosamente analizados tal como los predios para el cultivo, por demandar condiciones propias de la actividad. Entremos un poco en la práctica; la hoja cosechada es recogida y partida con una máquina picadora, agotado este paso se deben aplicar  unos químicos que precipitan la evolución del follaje, para luego llevarla a canecas con gasolina donde permanece un tiempo prudencial, esperando la extracción de la alcalinidad, sustancia que se combina con la gasolina, terminada la fase, las hojas son presionadas manualmente para extraerles  la mayor cantidad posible del producto, a estos líquidos se agregan en determinado momento y cantidad, algunos químicos como éter, permanganato de potasio, acetona y ácido clorhídrico, pasando finalmente por los filtros o coladores donde debe quedar depositada una masa viscosa de color habano que es envuelta un papeles especiales, preparando el nivel siguiente conocido como secado, apoyado por lámparas, hornos o simplemente el calor solar; agotado el tiempo se abren los envoltorios y aparecen unas lajas deleznables     identificadas como clorhidrato de cocaína. ¡Ojo debemos controlar la entrada al país de determinados productos químicos¡

En cuanto las rutas, último pilar, existe  un  estructura compuesta por  trochas, vehículos con caletas o compartimentos para esconder droga, avionetas, lanchas, correos humanos, depósitos cercanos a centros de exportación como puertos, aeropuertos y zonas costeras apartadas, pistas clandestinas, ríos, y otros desde donde sale droga hacia el exterior, entregada por bombardeo a embarcaciones, vehículos, submarinos, etc. Importantes las conexiones con operarios  de  salidas y llegadas, piezas imprescindibles, que deben ser inidentificadas y neutralizada su cooperación.