General (r.) Luis Ernesto Gilibert V. | El Nuevo Siglo
Miércoles, 28 de Enero de 2015

Ciudadanos indiferentes

En la lucha por la seguridad y tranquilidad se dan situaciones dignas de tener en cuenta para evitar su reiteración y las autoridades utilizan todos los medios a su alcance divulgándolas  al interior  de la  colectividad, buscando sirvan de advertencia y alerta, recibiendo en respuesta muy poco compromiso de parte ciudadana. Son muchos los casos que podemos evocar, miremos por ejemplo, que todos los ciudadanos saben el riesgo tan grande que se corre al mover dinero en efectivo de los bancos, sin importar el monto del capital, las bandas de antisociales viven al acecho de este tipo de transacciones, para efectuar el atraco conocido como fleteo, no obtente con exagerada frecuencia se presentan actos de este tipo en diferentes entidades crediticias, demostrando que los usuarios del servicio bancario no escuchan ni acatan las recomendaciones de  autoridades, especialmente de la Policía Nacional.  Otro tanto sucede con las sugerencias de instruir al servicio doméstico, sobre la precaución de dar información a desconocidos, tanto telefónica como personalmente  sobre la vida familiar, privada o comercial de los  habitantes de la casa, sin embargo, diariamente encontramos familias denunciando el delito y reconociendo su falta de compromiso en el asunto, pero es tarde y solo queda esperar la recuperación de lo perdido, tarea que emprende la policía, en algunos casos con éxito otros sin él.

Lo anterior hace referencia a ciertas actividades familiares y comerciales donde no solo es  responsabilidad de una persona, sino de su entorno laboral o doméstico; pero existen otras posturas o actitudes de abandono personal que producen a ojos de las autoridades mayor  desconsuelo, y me refiero a la irresponsabilidad de conducir embriagados, pese a los controles policiales y las campañas de todo género adelantadas, es frustrante que a estas alturas se presenten estos casos con la repetición que los observamos; la salida  de persona ebrias de establecimientos públicos a altas horas de la noche, sin  las mínimas medidas de seguridad en ocasiones inconscientes por el exceso de bebida y qué decir de aquellos descuidados desplazándose por calles sombrías, distraídos con el celular, ausentes  del entorno y sus amenazas, ¿cómo no van a ser presas fáciles de los criminales?

Hablemos de los barrios, conjuntos o edificios, donde se va percibiendo la actuación de hordas  delictivas dedicadas al asalto a residencias; cuando se presentan estos acontecimientos ponen el denuncio, llega Fiscalía, Sijin , toman versiones, recogen pruebas e inician la investigación, pero los  vecinos no se toman la molestia de difundir la información en el entorno, piensan que esta embestida nunca  les tocará, “están equivocados”, no escuchan las indicaciones que hacen los comandantes de estación y cuadrante, no asisten a reuniones, siempre están ocupados, entre mayor estrato más difícil, para luego quejarse de la inseguridad.