GENERAL (R.) LUIS ERNESTO GILIBERT V. | El Nuevo Siglo
Martes, 13 de Septiembre de 2011

Compromiso de alcaldes con la seguridad


“Necesita saber cuál es la percepción que tienen sus conciudadanos”


A  dos meses de elecciones en nuestro país, independientemente de quienes resulten elegidos para enfrentar disímiles responsabilidades, dedicaré las próximas columnas a exponer unos puntos que, en mi entender, puedan servir de ayuda para diseñar estrategias especialmente a los futuros administradores municipales. Como el panorama es similar por no decir igual en todo el territorio patrio podemos generalizar un poco; sobra decir que las idiosincrasias y costumbres de cada región obligarán, en caso de ser escuchado, a efectuar ajustes tanto en las recomendaciones como en los posibles procedimientos.


Todo proyecto por principio amerita un diagnostico, y en nuestro caso, a lo largo del tiempo en los diferentes municipios, se han desarrollado varios estudios sobre el tema de seguridad ciudadana por ser una inquietud de interés social, lo importante en el momento sería establecer qué tan acertados han resultado los mencionados juicios, preguntándonos si el ultimo tiene vigencia, para trabajar sobre lo existente evitando duplicidad de esfuerzos, de lo contrario, apoyados en los anteriores habría que actualizarlos para tener un panorama fresco, que soporte estrategias dirigidas a convertirse en políticas de seguridad efectivas, permanentes, flexibles, y ajustables paulatinamente con el paso del tiempo.


Existen teorías encaminadas a sostener que la delincuencia ciudadana es producto de abandono por parte de las autoridades en ciertos aspectos, como la falta de oportunidades laborales, lo que conduce a un bajo o nulo ingreso económico personal y familiar, no podemos esquivar la verdad sobre la pobreza convertida en detonante o insumo no necesario para fomentar el problema de inseguridad, pero no es menos verdad que los inconvenientes de inseguridad tiene motivaciones de mayor calado, pues la pobreza no es causa suficiente para ver los delincuentes galopando en las ciudades colombianas. Por lo tanto debemos aceptar como cierto, que brindar posibilidades laborales, nos permitirá lograr un clima de confianza, ya que suplida esta necesidad desaparecerá el rebusque, actividad que sin ser necesariamente delictiva, sí invade una franja de personas que sin actuar como malhechores, está predispuesta a delinquir a cambio de oportunidades económicas. Permítanme cerrar este concepto aclarando que atendiendo estas políticas de perfil social, como es la generación de empleo, no estamos asegurado una mejor sensación en seguridad de las ciudades.


Un burgomaestre interesado en lograr la seguridad de su municipio necesita saber cuál es la percepción que tienen sus conciudadanos; es la ciudadanía quien directamente puede tomar el pulso de la situación, pues las estadísticas aportan una información sobre hechos pero no son el sentir del residente común, ajeno a estos procedimientos utilizados para proyectar tareas contra actividades criminales; urge saber de primera mano qué piensan los ciudadanos, cómo perciben la tranquilidad y así organizar estrategias que les lleguen al corazón de los gobernados.