PRISMA
Ánimo, alcaldes
“Múltiples desafíos esperan a los mandatarios”
El país está muy animado con la entrada de los nuevos alcaldes a las administraciones y son muchas las expectativas que sobre su gestión se están desplegando, pues sin pensar en los temas de seguridad ciudadana y buen vivir que son de su cotidianidad, están los interrogantes sobre preparativos para el pos conflicto, tema que no debemos tocar hasta tanto no se posesionen y asuman los retos y compromiso que enfrentarán. De manera que solo como aporte vamos a recordarles algunos puntos de interés para su futuro éxito administrativo, especialmente en las capitales.
Iniciemos por la contaminación visual presente en la mayoría de las ciudades, esencialmente capitales. Es alarmante recorrer Colombia y observar que es una constante la aparición de avisos de toda índole en los espacios públicos. No obstante que existen normas prohibiendo esta práctica, los postes, bardas y muros de las ciudades permanecen totalmente cubiertas de anuncio publicitarios, que sabemos no pagan ningún impuesto por el uso. Ojalá los nuevos burgomaestres le dediquen un poco de atención a este aspecto que desdice del orden y ensombrece la imagen de las ciudades. Basta con reglamentar la utilización y fijar lugares adecuados para este tipo de actividades.
Y qué decir de las llantas gastadas, expuestas en todas las ciudades convirtiéndose en amenaza para vehículos y personas. Ya en Bogotá se tuvo una experiencia que debe alertar a las administraciones, y me refiero al incendio presentado en el barrio Fontibón, generando emergencia en todo el contorno habitacional del sector, situación que obligó a las autoridades distritales a tomar medidas de urgencia para evitar nuevas emergencias. Sería saludable que siendo un tema tan superficial se tomaran medidas de fondo para evitar contratiempos, que no se justifican comparados a las grandes problemáticas ciudadanas.
Las mallas viales son el dolor de cabeza para los alcaldes y secretarios de tránsito o movilidad, quienes luchan por su mantenimiento, vigilando el cuidado y adecuada utilización de las vías. Esa es tarea de todos los ciudadanos motorizados o de a pie y su conservación no es imposible si la información del deterioro llega en tiempo real a las secretarias, pero existe un punto digno de mayor atención y es el robo de tapas de alcantarilla, actividad delictiva altamente peligrosa e irresponsable, con consecuencias incalculables en vidas y equipos. En Bogotá (la tomo de nuevo como ejemplo) el costo de la reposición es alto. Una campaña de concientización sobre el tema pude servir de apoyo a las autoridades, pero urge tomar mediadas drásticas contra las personas sorprendidas en posesión de estos dispositivos, o parte de sus componentes.
Pequeñísimos los temas frente a otros aspectos de seguridad. Sin embargo hacen parte de un todo que brinda tranquilidad a la ciudadanía. Por eso, ¡ánimo, alcaldes!