GLORIA ARIAS NIETO | El Nuevo Siglo
Viernes, 21 de Febrero de 2014

No vayamos en silencio

 

En Venezuela, las estanterías vacías y los racionamientos, se convirtieron  desde el gobierno anterior en el “no-pan de cada día”. Hubo protestas y manifestaciones. Pero lo que está pasando ahora va mucho más allá en su origen y pronóstico, porque la motivación de la indignación actual no es la falta de comida, sino algo que le duele mucho más al pueblo: falta de libertad, falta de futuro.

La gente perdona muchas cosas, ignora otras, y termina por acostumbrarse a algunas. Pero ni perdona, ni ignora ni se acostumbra a que la entierren viva; le quiten la capacidad de disentir; y de horizonte, le cuelguen mil kilómetros de blackout.

Por eso lo que está pasando. Por eso la muerte de Génesis con un tiro en la cabeza, y la de las otras víctimas, asesinadas durante los recientes disturbios. Matar a Génesis, matar el origen, matar la raíz… Triste paradoja de las palabras, y quizá su muerte se convierta en emblema de esta urgencia por reconquistar la libertad y la economía, la dignidad, la expresión y la vida.

La operación mordaza, implementada como la maligna historia del sapo hervido -que poco a poco fue muriendo sin darse cuenta, mientras se hundía en una olla de agua caliente- se ha convertido en una práctica cotidiana en varios países latinoamericanos. El Gobierno del Ecuador castiga la insubordinación de los medios, como si la prensa tuviera la obligación de ser dócil, es decir, de traicionarse a sí misma. Entre una prensa sumisa, y el entierro de una democracia, no hay más que un paso corto,  muy corto.

Perú pretende, con ingenuidad, darle curso a una ley para intervenir lo que la prensa diga y escriba; y digo ‘con ingenuidad’, porque podrán intervenir lo que digan, pero nunca lo que piensan, y mientras haya pensamiento, hay esperanza.

En México, la censura vino por cuenta de los políticos corruptos y de los carteles del narcotráfico: 80 periodistas asesinados y 17 desaparecidos en los últimos 10 años. En 3 años mataron 10 periodistas en el Estado de Veracruz.

La presidenta de la Argentina, al enfrentarse a Clarín, no la emprende contra un periódico, sino contra un símbolo nacional, contra una voz certera y  un clamor de país. Entre Néstor Kirchner y el Grupo Clarín, primaron relaciones de respeto, dentro de la diferencia. Pero con la señora Cristina, otro es el cuento, incluso desde mucho antes del Paro Agrario, y el antikirchenismo que esgrimió el grupo, a partir del 2008.

Y en Venezuela, ni hablar. En el sentido literal. Tal parece que el régimen oficialista tiene más balas que argumentos, y la expresión de un pensamiento disímil y una palabra reflexiva, es un virus letal al que consideran preciso exterminar.

¿A dónde vamos? Tal vez nadie lo sabe con exactitud. Pero no vayamos en silencio.

Posdata. Mañana cumple 7 años, una niña preciosa, llamada María; hace poco recibió un diploma por “amor al aprendizaje”. Ojalá seamos capaces de llenarle ese amor, con lecciones de libertad, solidaridad  y vida; y aprehendernos de la intuitiva sabiduría que se teje en la infancia.

ariasgloria@hotmail.com