Golpean con alzas | El Nuevo Siglo
Jueves, 12 de Enero de 2017

La cadena de alzas en precios de productos de primera necesidad, encabezados por los de canasta familiar, disparados desde el primer día de aprobación de la Reforma Tributaria, sacuden sin parar, los bolsillos de quienes tienen menos recursos.

El alza se activó de manera automática al divulgarse el incremento del IVA del 16 al 19 por ciento. Así no rija en canasta familiar, quien los distribuye o los vende, utiliza este impuesto para supuestamente ganarse el aumento, hasta tres veces sobre el valor real, creándole pánico al comprador, que no digiere en detalle el contenido de la Reforma.

Esta vez, los subieron fabricantes de alimentos procesados, distribuidores comerciales, el expendedor habitual y el intermediario, éste último, personaje infaltable, hace muchos años en mercados populares, con productos de marca algunos, y otros de pequeñas industrias de rebusque, ofrecidos en sectores de escasos recursos.

No se trata sólo de quienes disfrazan la especulación diciéndole al comprador, “¿Usted, no sabe que todo subió?”. Las escenas son normales en tiendas y en los mal llamados mercados comunales en muchos casos, con propietarios que dominan barrios enteros con dos o tres locales.

Serían comunales, si en esencia su funcionamiento estaría integrado por organizaciones de residentes en lugares apartados o municipios, con crecimiento poblacional, que los ha convertido en barrios de ciudades grandes.

Es fenómeno social que se advierte no sólo en el sur de Bogotá, como puede pensarse; también en el norte, occidente y oriente, donde municipios de Cundinamarca, están ahora más ligados a la vida del Distrito Capital, que del departamento.

Es un reflejo que pasa inadvertido para tecnócratas de la economía y para Fenalco, gremio veterano, que quizá piensa con mayor atención, en que los precios ajustados cada año, no escandalicen a los compradores en supermercados de prestigio y confianza.     

Quienes aplican las alzas como negocio, en mercado popular, tienen su   temporada en los meses de enero, con origen en círculo familiar, que ha aprendido a especular en sectores de bajos recursos.  

Es algo parecido a la venta de pólvora en diciembre, y de comidas y bebidas expendidas, sin mínimos controles higiénicos, en sitios de mayor afluencia de gente en distintas ciudades.

En contraste, una organización nacional adecuada, fortalecería mercados agrícolas, integrados por cultivadores, como prevalecen en regiones. Los hay en muchos países en días y horas, cerca de zonas céntricas, con orden, limpieza y transporte. No se erradica economía informal. Ordenada, contribuye a mantener precios razonables, sin golpear con alzas