Paz
Es pertinente tomar partido respecto a la solución del conflicto interno armado, según acordaron el Gobierno Nacional y las Farc, y en lo personal se define así: escepticismo pleno causado por la desconfianza total hacia la mencionada guerrilla pero con el deseo ferviente de que el proceso sea exitoso a cabalidad. Hay que negociar porque así lo requiere la finalización de cualquier evento como el indicado, aun en la perspectiva de triunfo militar indiscutido de alguna de las partes como aparentemente ocurre, en Colombia, a favor del Estado. Habría mínimo un intercambio sencillo de ideas.
El presidente de la República Juan Manuel Santos señaló reglas con base en no repetir errores del pasado y así los encuentros previos de las partes se manejarían con discreción y de los marginados solo se enteró el expresidente Uribe. La agenda no fue kilométrica. No se creó una zona de distensión y los encuentros tendrían lugar en el extranjero en coincidencia con choques bélicos domésticos, o sea, se negocia en medio de los combates. Los dos bandos han respetado los términos.
La agenda incluye los siguientes asuntos: política de desarrollo rural, participación política, fin del conflicto, drogas ilícitas y víctimas. Se prevén dificultades en vista de negar las Farc actividades en secuestro y narcotráfico, lo cual carece de credibilidad ante los colombianos; la guerrilla tal vez considera que el ansia de paz inducirá a olvidar tales pecados.
Es probable que el Estado haya acumulado suficiente experiencia para tratar todo lo relativo a las cuestiones rurales, según se deduce de Política Integral de Tierras. Un viraje trascendental en la restitución y formalización de la propiedad agraria. (noviembre, 2011) de Juan Camilo Restrepo Salazar, ministro de Agricultura y Desarrollo Rural. Dicha obra contempla la política sectorial, víctimas y sus secuelas del despojo de tierras, restitución de las mismas, formalización de títulos de propiedad, victimarios y sus procedimientos, esquemas legales e institucionales tanto antiguos como nuevos, movilidad social, ciencia, tecnología, innovación, financiamiento, reforma agraria de nuevo estilo, diálogos nacionales e internacionales, convenios TLC, asistencia técnica, controversias, etc. y, además, lo siguiente: la convicción, compartida por quien escribe, de estar la paz condicionada a la solución de los problemas del agro. El ministro Restrepo debiera vincularse a las negociaciones con las Farc y el Eln. El análisis continuará concentrado en las opiniones de líderes reconocidos.