GUILLERMO FRANCO CAMACHO | El Nuevo Siglo
Domingo, 25 de Noviembre de 2012

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El  estudio realizado por Paul Krugman sobre recesión y depresión en Estados Unidos y Europa, cual se expone en Acabemos ya con la Crisis(2012), ha originado reacciones coincidentes, en grado diverso, en Colombia. El aspecto de más acentuada convergencia lo constituye la similitud con lo acaecido a partir de 1929 y se citan tres fuentes: Peter Temin, Lecciones de la Gran Depresión (1995); Gordon Thomas y Max-Morgan-Witts, El Día que se Hundió la Bolsa (1986); y John Kenneth Galbraith, The Great Crash (1961).

Antonio Caballero sorprende, puesto que se ignoraba su familiaridad con la economía. Su exposición se concentra en la antesala de la argumentación de Krugman y es elocuente: “Todos los economistas sensatos -es decir, los keynesianos- lo han dicho siempre: hay que ahorrar cuando se tiene plata, y no cuando hace falta. Cuando la plata hace falta hay que gastar… el gasto del uno es el ingreso del otro”. Cita luego a Franklin Roosevelt versus Herbert Hoover (¿antecesor de Ángela Merkel?) y la tarea adelantada por Adolf Hitler. Por último se refiere a que “Barack Obama en los Estados Unidos se ha dejado amedrentar por las bravuconadas de los republicanos del Congreso”.

Abdón Espinosa concuerda con Krugman y avanza en causas, objetivos, complejidades de la moneda común y el aumento necesario en el empleo. Juan Daniel Jaramillo indica el desorden fiscal y la desregulación bancaria desde la época del presidente Reagan. Rudolf Hommes remarca la presencia de factores determinantes no económicos, en particular el oportunismo político del partido republicano en EE.UU. y se explaya en el papel benéfico que podrían desempeñar el Banco Central Europeo, el Bundesbank, la Corte Constitucional de Alemania y el Gobierno alemán. Helena Villamizar tiene a Krugman en mente y acentúa el fracaso de las soluciones basadas en la austeridad fiscal, el costo del ajuste practicado, la división de países entre acreedores y deudores y el peso asignado a éstos, el papel negativo de las entidades mencionadas y del Gobierno alemán, el FMI y la elite política europea.

Se comparte la preocupación de Villamizar sobre el futuro de la Comunidad Europea. La Comunidad es el ejercicio de integración política y económica más completo que existe y es conveniente su perfeccionamiento que conlleva mayor cesión de soberanía nacional. Se espera que se hará lo necesario para preservarlo y, así mismo, el euro pero con demora.