GUILLERMO FRANCO CAMACHO | El Nuevo Siglo
Domingo, 22 de Julio de 2012

Bizantino

 

El artículo “Bizancio” fue pertinente debido al aniversario de la caída de Constantinopla, en 1453, que personifica, también, el fin de la Edad Media; se aprecia que dicho imperio tuvo gran dimensión en la antigüedad y el medioevo y se dice que, como ciudad, fue la más grande en el primer período.

Es mucho lo que resta por tratar ante tan vasto marco histórico desarrollado en más de un milenio por 125 patriarcas y 90 emperadores, modelo de gobierno centralizado y burocrático y que ejercitaba, con acierto, la guerra y la diplomacia procurando evitar la primera y mereció la denominación de la Nueva Roma.

Judith Herrin está en desacuerdo con el entendimiento negativo del término “bizantino” como discusiones sin fin e innecesarias y actitudes condenables; sin embargo, ella misma menciona un hecho criticable. Teodosio el Grande, último gran emperador romano, dividió sus dominios en el Imperio Romano de Oriente y el Imperio Romano de Occidente con Constantinopla y Roma como respectivas capitales y se entendía que si, por ejemplo, el Oriente estaba en peligro, el Occidente acudiría en su ayuda y a la inversa. Pues bien, hubo emperadores bizantinos que orientaron a los godos contra Roma y así evitaron confrontaciones, cual ocurrió con Alarico y Teodorico; el lector recordará que el primero realizó el primer gran saqueo de la Ciudad Eterna y el segundo se radicó en Rávena. Puede pensarse que Justiniano, el creador de esa espectacular obra que es la catedral de Santa Sofía, compensó el error con la recuperación de Italia a cargo de Belisario.

Es interesante explorar el programa de estudios superiores de Bizancio compatible con lo que está detrás: el mundo griego con sus grandes figuras literarias como Homero, Esquilo, Sófocles y Eurípides; filosóficas con Platón, el preferido, y Aristóteles y, asimismo, el romano con el Derecho, incluyendo el eclesiástico y el marítimo, además del civil; la medicina, el arte militar; la política; el servicio público, etc. Lo reseñado significa un ambiente pagano de gran fuerza a lo que se agregan el cristianismo y la mitología griega. Previo lo anterior se incluyen, en griego y no en latín, tres materias literarias (gramática, retórica, lógica), cuatro matemáticas (aritmética, geometría, armonía, astronomía), filosofía, Esopo para los niños, la épica de Homero, poesía, dramática. Luego las enseñanzas cristianas con teología. El nivel cultural del clero era muy alto.