Guillermo León Escobar | El Nuevo Siglo
Martes, 13 de Enero de 2015

ENCONTRAR CAMINOS

El corazón de la crisis

 

Los   sucesos de fundamentalismo religioso y de terrorismo político han puesto en evidencia  la terrible crisis que está vigente en todo el mundo pero muy especialmente en Europa -corazón de Occidente-. Nos toca a todos encontrar los caminos para superar de una vez por todas este despertar de la violencia que se ha radicado en minorías que no están buscando sentido a la vida  porque están fascinados con la destrucción.

Hay que pensar de nuevo las libertades y hay que pensar igualmente por qué la cultura que debiera ser dique y cauce no lo ha sido. ¿Puedo decir todo lo que se me ocurra llegando a las mayores ofensas a lo más querido y a lo más sagrado para otros y después quejarme de la débil tolerancia de quienes reaccionan?

El asunto es claro: hay que condenar sin medias palabras a quienes ejercen violencia física y van armados cuando la convivencia indica que es el Estado el único que debe estarlo. Pero eso no basta, hay que educar para la “libertad responsable” que implica respetar a los otros y enseñar a dirimir controversias dentro de una ley de cuya ausencia es preciso quejarse.

Está bien lo de las marchas  que fueron capaces de poner a caminar durante quince minutos a los jefes de Estado y de Gobierno acompañando a cerca de cuatro millones pero hay que educar y eso reclama el regreso de la tarea educadora de la familia, de la escuela y del barrio.

Precisamente ahora cuando escribía un muchacho de barrio insultó a otro al decirle “tu madre es una…”; la reacción no se dejó esperar, los separamos y el desconcierto fue aquella aparición de la historia en pequeño. “Tengo derecho de decir lo que me da la gana” -dice el uno y el otro afirmó tener el derecho de “reaccionar como me dé la gana”-. Ambos se escondían bajo el mismo principio, el de la libertad pero no eran conscientes de igual manera de la violencia ejercida. Y es que hay violencias físicas censurables  pero se ignoran esas violencias sicológicas  que a veces pueden ser letales.

El asunto remite a la necesidad de reconstituir la familia que eduque en la concordia y en este valor debe hacer grandes esfuerzos la escuela y la sociedad toda. Libertad con responsabilidad no atenta contra la libertad de pensamiento y de expresión; y no se trata de “tolerancia” que es una cara casi negativa del verdadero valor real que es aquel del “respeto a la dignidad ajena”.

Terrible es que lo mínimo y lo máximo terminen siempre en guerras y violencias en donde  no solo mueren tantos inocentes sino ante todo porque generan tanta gente mala que van a reproducir la barbarie en todos los tiempos.

Condena a los fundamentalistas, condena a los terroristas y enseñanza del respeto para que estos “personajitos” de barrio no se maten el día de mañana por razones de la ofensa y de la venganza. La paz debe regresar en todos los campos.

guilloescobar@yahoo.com