HERNÁN ALEJANDRO OLANO GARCÍA | El Nuevo Siglo
Lunes, 24 de Septiembre de 2012

Bicentenario cartagenero

 

Hace doscientos años fue expedida la Constitución de Cartagena, con características similares a las de otros documentos estudiados, con los cuales se puede ahondar en la historia del derecho constitucional colombiano, como son el Acta de Independencia de la Provincia del Socorro, la Constitución de Cundinamarca, el Acta de Independencia de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, la Constitución de Tunja y la Constitución de Antioquia, documentos tributarios del movimiento revolucionario que se había extendido desde Francia por las colonias norteamericanas y luego a la América española.

Esta Constitución, como tantas otras Cartas provinciales, hace alusión a las ideas libertarias que iluminaban ese momento de la historia, las cuales también están combinadas con los aires de Ilustración que soplaron con fuerza en el Nuevo Mundo y que poco a poco se consolidarían frente al desmoronamiento del Imperio español en las provincias de Ultramar, por cuenta de la misma España, pues Manuel de Godoy cedió en 1795, al firmar la Paz de Basilea, la mitad de la isla de Santo Domingo a los franceses, obteniendo Haití su independencia en 1804, lo cual se consideró como un apoyo para los revolucionarios.

Recordemos que el cubano Alejo Carpentier inmortalizó ese episodio y, particularmente a Henri Christophe, el Napoleón Negro, quien habiendo sido elegido Presidente Vitalicio de Haití en 1807, cuatro años después el antiguo esclavo y criado de la posada de Cap-Francais, hoy día Cap-Haïtien, convirtió su país en reino y asumió el trono de ébano con el título de rey de Haití y de sus islas adyacentes, y el nombre de Enrique I°, dictando la Constitución Real de Haití; expidió un Código con 2.424 artículos, copia del Código Napoleónico, en el cual incluyó las hora de trabajo, prohibió la mendicidad y la prostitución y alentó a todos a casarse.

Cartagena no fue ajena a estos movimientos, inspirados en el mulato Pedro Romero, junto con Juan José Solano, José Padilla y los Lanceros de Getsemaní, forjadores “del ADN constitucional de nuestro Estado”. La Constitución de Cartagena bautizada como “Juana Pacha”, ya que se promulgó un 14 de junio, que según el santoral católico es el día de Juan Francisco Régis, fue firmada por 34 delegatarios de las cinco provincias que integraban el Estado, Cartagena, Mompox, San Benito Abad, Tolú y Simití, los cuales hacían parte de la Convención Nacional, la Constitución de Cartagena de 1812 es un ejemplo de dignidad y voluntad libertaria, empezado por dejar claro que el de Cartagena era un “Estado libre, soberano e independiente, absuelto de toda sumisión, vasallaje, obediencia”.

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