HORACIO GÓMEZ ARISTIZÁBAL | El Nuevo Siglo
Lunes, 15 de Octubre de 2012

Formas de discriminación

 

En  Colombia aún subsisten algunas formas de discriminación. Se sostiene la superioridad del habitante de la urbe sobre el campesino. La mujer es infravalorada. Se la educa para la sumisión, no para la libertad y la responsabilidad. Si es joven debe obediencia a su padre; si es casada debe acatar al marido, y si se encuentra viuda, sometida al hermano mayor. En el hogar empieza la discriminación. Al hijo lo mandan a jugar fútbol y a la niña la ponen a lavar platos. La mujer en lo sexual tiene que ser recatada. El varón, entre más mujeres seduzca es más hombre. Los juguetes para niñas son muñecas, cunas, cascabeles, flores, pelotas de colores suaves. Los niños se los familiariza con pistolas, camiones, soldados. Al niño se le induce a salir de la casa a explorar, negociar, dominar, es decir, se le prepara para ejercer el poder. Los juguetes de la niña la inducen a la coquetería, la banalidad y el arte de agradar.

La literatura infantil también tiene filosofía propia. En los relatos el hombrecito es el salvavidas, el que piensa, manda, somete, libera. La niña es la que sirve, sonríe, apoya y obedece con ternura. Aun la madre moderna se la describe con bebés, planchas y ollas, jamás como mujer asalariada, obrera, científica, líder. En el deporte a la mujer se la prepara para ser esbelta, grácil y delicada; al hombre para que mejore su imagen varonil, fuerte y machista. La niña aprende a ser madre con las muñecas, a las que baña, viste y alimenta.

El hombre siempre tiene la razón, es fuerte y debe imponerse; la mujer, por el contrario, debe aceptar, estar callada.

El colombiano crece y se educa en un ambiente masculino; se verá primero en la familia, después en la escuela. En Colombia no se ve, como en otros países, a los niños jugar indiferentemente con las niñas y compartir sus juguetes, pues si lo hacen serán objeto de burla, pues son cosas de mujeres y de viejas.

Cosas de hombres serán aquellas que la subcultura ve como positivas; la dureza, la fuerza, el valor, la frialdad, la agresividad.  Si el niño es del sector rural aprende rápido a montar a caballo y manejar animales con cierta seguridad y destreza. Todo esto va identificando al hijo con el padre. Se acostumbra a mirar a las mujeres con dominio. Estas actitudes generadas por el machismo inclinan a una mal llamada hombría y fortaleza masculina.

El machismo es una forma de expresar imperio, superioridad. Quizá en la intimidad se piense que la supuesta superioridad es un artificio, una mentira…