Horacio Gómez Aristizábal | El Nuevo Siglo
Sábado, 25 de Julio de 2015

 

“Informática ha cambiado la organización social”

LA SOCIEDAD DIGITAL

Polémica con los tecnócratas

 

EN  el mundo contemporáneo, marcado por la globalización de la economía, los tecnócratas pueden no estar dentro de los gobiernos ni siquiera dentro del Estado. Están afuera. En lugares remotos, sentados detrás de las pantallas de sus computadoras, al servicio de las empresas, en donde toman decisiones que comprometen los destinos del país. De sus decisiones no rinden cuentas ante ninguna autoridad sino solamente ante los directores de su empresa.

Ellos son que ejercen a control remoto algunas de las facultades que el neoliberalismo escamotea al Estado en el diseño, planificación y administración de la ordenación productiva y del comercio libre. La tecnocracia es una forma inconveniente de gobierno porque los técnicos o tecnólogos son personas de conocimientos circunscritos a su área de especialización. Carecen por lo general de una visión universal de la sociedad. La ven sectorizada y no integrada. En esas condiciones, no están en posibilidad de manejar los asuntos del Estado, ni de tomar decisiones de orden general. La toma de esas decisiones, en consecuencia, debe corresponder a los hombres de Estado, a los estadistas, que están dotados de una visión universal de los problemas sociales y de la interrelación que estos guardan entre sí.

En Colombia, en algunos sectores -oficiales y privados-, se incurre en la tecnocracia. Los burócratas confían las decisiones, al poder de los técnicos, algunas veces rodeados de sociólogos y economistas. Viven en una atmósfera abstracta, alejados del fragor cotidiano. Las decisiones administrativas de muchas empresas se toman teniendo en cuenta los intereses propios. Si el Gobierno, por vía de ejemplo, afecta a la institución con nuevos gravámenes, el directivo y el tecnólogo, con destreza y rapidez traslada el impuesto al usuario, pase lo que pase. Nadie produce a pérdida. El tecnólogo justifica el alza parapetado en aquello de costo-beneficio. Los tecnólogos poco saben o poco les importa el sentido social de la economía. Al tecnólogo le interesa la supervivencia, el lucro y el beneficio de la empresa para la cual trabaja. El hombre político de Aristóteles, ha sido sustituido por el hombre virtual de la época de la informática. EL técnico sabe hacer y ese es su éxito. 

La presencia de los ordenadores, la informática, la Internet y los robots en la vida pública y privada ha cambiado por completo la organización social. Y no hay duda de que, dentro de ella, ha conferido un gran poder a los tecnócratas. Ellos son los que programan, calculan, analizan, aceptan, rechazan, corrigen, y avizoran las medidas que van a ser tomadas por los políticos. El poder de la tecnocracia nunca ha sido mayor que en nuestros días, en el marco de la llamada sociedad digital.