Hugo Quintero Bernate | El Nuevo Siglo
Martes, 3 de Febrero de 2015

Gendarmes

 

Probablemente porque la misión original que ayudóa la construcción de la que hoy es la Policía Nacional de Colombia, provino de Francia y porque a través de la historia ha habido una dilatada colaboración policial con ese país, que incluye hasta instrucción en el montaje de los Gaula, es que el Presidente de la República decidiósoltar durante su visita oficial a ese país, la propuesta de la creación de una “gendarmería rural”en la que podrían estar incluidos desmovilizados de las Farc.

Casi al tiempo con la reacción, airada en unos casos, francamente temerosa en otros, de muchos personajes de la vida nacional, llegóel reversazo del presidente Santos, que en todo caso dejóen el aire la necesidad de discutir semejante propuesta.

La Policía Nacional de Colombia es una institución más que centenaria que ha recorrido un extenso y en algunos casos tortuoso camino para posicionarse como la institución vital que hoy es para la democracia nacional. Tiene los problemas naturales que se derivan de su tamaño, de sus procesos de reclutamiento y, paradójicamente, de las propias tareas que cumple. Pero esencialmente es una institución fundamental en la construcción del país actual y seráclave en la del posconflicto.

Aunque para la mayoría de quienes han criticado la expropuesta del presidente Santos lo aterrador es la posibilidad de que exintegrantes de las Farc se integren a un organismo adscrito a las Fuerzas Armadas, lo verdaderamente peligroso no es eso, que finalmente no sería la primera vez que ocurre.

Lo realmente preocupante es que pretendan sacar la Policía Nacional de las Fuerzas Armadas y adscribirla al Ministerio del Interior. Una medida de ese tipo significa, ni más ni menos, que un retroceso de más de 40 años a esos tiempos aciagos en que la Policía dependía de los gamonales de turno para lanzarla contra sus opositores políticos. La tristemente célebre policía chulavita es un baldón que aún avergüenza las heroicas banderas de la Policía Nacional. Dirán que no, que se trata de darle a la Policía el verdadero carácter de lo que es: un cuerpo civil armado. Y agregarán que el país ya estámaduro para dar ese paso. Ni lo uno, ni lo otro.

El sistema de grados de la Policía -con todo y que le agregaron uno a los suboficiales-, el régimen disciplinario, el control público y el mejoramiento en los cursos de formación se irían al traste con semejante decisión.

El solo repaso del listado de quiénes han sido ministros del Interior o de Gobierno, como antes se llamaba, o de los políticos que pueden llegar a serlo es suficientemente aterrador como para concluir lo absurdo de semejante propuesta.

Y, por si faltara algún ejemplo de lo peligroso que es un cuerpo armado en manos de los políticos y con fines políticos, no es sino recorrer la historia de aquello en que se convirtióel DAS durante los 8 años del gobierno de Álvaro Uribe Vélez. O lo que fue el SIC, su siniestro precedente (del DAS, no del senador) .   

@Quinternatte