Hugo Quintero Bernate | El Nuevo Siglo
Martes, 29 de Diciembre de 2015

ARRECIFES

Neo-Chuzadas

“Presidente no puede minimizar semejante asunto”

 

La directora de la FM de RCN Radio, Vicky Dávila, y la cuasi directora de la Luciérnaga de Caracol Radio, Claudia Morales, han denunciado unos hechos gravísimos que evidencian que son objeto de seguimientos e interceptaciones ilegales de sus comunicaciones privadas.

 

Después de un desafortunado encuentro de la señora Dávila con el presidente Juan Manuel Santos, donde el Primer Mandatario habría puesto en duda la veracidad de sus denuncias, aquella dedicó la mayor parte de su espacio radial a demostrar la existencia real de los hechos de los que la han hecho víctima.

 

En un detallado relato al aire, en el que contrastó la información que le suministró su fuente anónima dentro de la Policía Nacional con los acontecimientos de que daban cuenta los seguimientos, demostró que cada hecho documentado clandestinamente, había sucedido tal cual en la realidad. Como la mayoría de los eventos ocurrieron en su órbita privada diaria o correspondían a información tratada telefónicamente, la conclusión obvia es que tales datos no podían llegar a manos de un organismo de seguridad sino merced a un seguimiento ilegal: personal, electrónico o telefónico.

 

Siendo ello así, se equivocan quienes le aconsejan al Presidente Santos minimizar semejante asunto. En presidencia deberían escuchar esa edición del programa de la señora Dávila. Fue de tal detalle y con tal ilación su relato que hasta sacó del anonimato a su fuente, pues hizo revelaciones tan precisas que para cualquier persona dedicada a las duras tareas de la inteligencia policial o militar no resultan difíciles las conclusiones.

 

El gobierno del Presidente Santos no puede darse el lujo de caer en el abismo de ilegitimidad del de su predecesor cuando se utilizó al extinto DAS y a la Policía Nacional para perseguir Magistrados, Periodistas y opositores políticos. No debe olvidarse que por esos hechos se adoptaron sentencias condenatorias que llegaron a los más altos niveles del Estado y que si no han llegado al pináculo del poder de la época no es precisamente por falta de pruebas sino de decisión política.

 

El Presidente Santos no solo ha demostrado ser de acendrados principios liberales, sino que su pasado de periodista le impone el deber moral, más que la obligación jurídica, de no dejar ni la mínima duda de su compromiso personal y el de su gobierno con la protección de las garantías ciudadanas.

 

Pero además tiene la obligación de defender a la propia Policía Nacional de quienes en su interior todavía no advierten que el gobierno cambió hace bastante y que lo que en una época se azuzaba, se celebraba o, por lo menos, no se condenaba, ya no es de recibo.

 

No es solo la relevancia fundamental de la Policía en el postconflicto. Se trata de la importancia de la decencia republicana.       

 

Hugo Quintero Bernate

@Quinternatte