Estuvimos a punto de que la barbarie volviera a instaurarse en las relaciones internacionales, por lo menos en el Medio Oriente. Y teníamos algunos horrendos antecedentes en el corazón de Europa o en los monstruosos actos criminales de Hamas en Israel. Por fortuna, la democracia americana se jugó a fondo para realizar una operación que parecía imposible. Apoyar fuertemente el derecho de defensa de Israel y, al mismo tiempo, la protección de los valores democráticos y de la civilización consagrados en el derecho internacional, en el derecho de la guerra, en el humanitario, y en los, principios y valores que se consagraron en la Carta de la ONU y otros importantes instrumentos internacionales. Nada fácil. Pero si muy necesario.
Occidente estuvo unificado en esa posición civilizadora. El Secretario de Estado Blinken se desplazó al Medio Oriente para reivindicar con los más significativos actores este marco jurídico y ético. Lo propio hizo el Secretario de Defensa y, luego, nadie menos que el propio presidente Biden. Y simultáneamente los gobernantes de los países más relevantes hacían escuchar su voz en el mismo sentido. Creo que muchos coincidiríamos en decir que la ONU no ha estado a la altura.
El Fiscal de la Corte Penal Internacional, Karum Khan, muy pronto, fue contundente en anunciar lo que seria el papel de esa Corte frente a los dirigentes de Hamas y al estado de Israel así este no fuera miembro de la Corte (Jerusalem Post, 16 de octubre). Hizo una descripción impresionante de los crímenes de Hamás.
Confiamos en que la guerra de venganza, la de ellos o nosotros, la que amenazaba con arrasar parecería que va a quedar enmarcada en el estricto marco jurídico que la humanidad ha creado después de las horrendas experiencias, principalmente la de las dos guerras mundiales y sobretodo el inverosímil holocausto del pueblo judío.
Ha sido un momento crucial en nuestra historia que puede dejar lecciones de muchísimo valor. Reivindicar este repertorio de valores en una circunstancia que reclamaba un comportamiento casi sobrenatural tiene un mérito enorme. Ojalá las palabras de Biden en la reunión del Consejo de Ministros de Israel se reprodujeran en toda su autenticidad porque ellas representan lo mejor de nuestros valores.
Es, también, consolador leer que ya se están abriendo los caminos para la viabilidad de una ayuda humanitaria, urgente y ella misma mensajera de nuestros mejores sentimientos humanitarios. Y se está evitando llegar a una guerra regional o algo peor. Y ello alimentado por la muerte de la verdad, que se sabe es la primera victima en un conflicto armado
He releído el primer discurso de Colombia en el Debate General de la ONU, 1947, responsabilidad de nuestro Representante, el expresidente Alfonso López Pumarejo, que expone lo que ha sido la posición internacional de Colombia en favor de la convivencia internacional y del multilateralismo y del derecho internacional tal como lo recordaron los excancilleres en su oportuna comunicación. Son los mejores momentos de nuestra política exterior.
El nuevo orden internacional está pidiendo pista a gritos. La invasión a Ucrania y el ataque a Israel muestran un total desprecio por el orden internacional actual. Las universidades ya reflejan los factores de división y confrontación que perturban gravemente la convivencia.