Desde su fundación, cada institución, empresa u organización se constituye con un objetivo específico, sustentado en recursos económicos proporcionados por sus gestores, tanto en el ámbito oficial como en el privado. Estas entidades se desarrollan a partir de una visión, misión, valores corporativos y funciones preestablecidas, conformadas de acuerdo a su naturaleza. Este proceso inicial da comienzo a una tradición e historia que a lo largo del tiempo va tejiendo sus logros, alcances, frustraciones y fracasos, narrativa que se convierte en parte integral de la plataforma que sostiene el futuro de la institución.
En el caso de la Policía Nacional de Colombia, ha jugado un papel preponderante en la vida del país, influyendo en el ámbito económico, social y cultural. Nuestra organización ha llegado a ser representativa en todos los niveles patrios, con una influencia significativa en las decisiones políticas nacionales e internacionales. Esta injerencia en diversos sectores requiere una atención especial tanto por parte gubernamental como privada, reconociendo el valor intrínseco aportado y el respeto internacional que hemos alcanzado.
La Policía Nacional, como otras entidades, ha acuñado a lo largo del tiempo una serie de hitos que nos identifican y enlazan con la población; los escudos, banderas e himnos son símbolos que representan nuestra identidad y compromiso, pero más allá de estos emblemas tangibles, hemos desarrollado una doctrina institucional que consolida nuestra filosofía y misión. Esta doctrina se refleja en principios, recomendaciones y conductas que permean el ámbito laboral llegando a cada individuo para lograr su compromiso, identificación y adhesión incondicional. La historia y tradición de la Policía Nacional no solo es muestra del legado, sino que también representan los valores y moral colectiva que nos han guiado; los hombres y mujeres que sirvieron en nuestras filas lo hicieron con entrega, profesionalismo y voluntad, entendiendo los valores. Es por ello que respetar y honrar estas tradiciones es obligatorio para todos, como muestra de acatamiento y consideración hacia quienes han construido nuestra historia.
Alterar o sustituir los patrones que soportan esa tradición y doctrina, sería una traición a los principios y filosofía no solo de nuestra institución, sino de la patria misma. Por ello es fundamental que las autoridades y sociedad en general, reconozcan y valoren los logros y sacrificios realizados por esta institución a lo largo de los años.
La Policía colombiana es una entidad que forjó su naturaleza a través de una historia rica en logros y desafíos; la doctrina institucional es el pilar que sostiene el compromiso con la seguridad y el bienestar ciudadano. Respetando y honrando las tradiciones garantizamos la continuidad de los valores que guían y fortalecen su compromiso con Colombia. Es nuestro deber proteger y preservar este legado, asegurando que las futuras generaciones continúen el camino hacia una patria más segura y justa.