La victimización de África
Laeditorial Icaria acaba de publicar una tercera edición del libro África en Auxilio de Occidente de Anne-Cécile Robert, una periodista del diario Le Monde diplomatique, especialista en análisis político y miembro del Consejo de redacción de este diario francés. También es profesora del Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de París e integrante del Comité Científico de Attac Francia y autora de los libros África en ayuda de Occidente, Un totalitarismo tranquilo y Pueblos inesperados.
Anne-Cécile hace una serie de reflexiones sobre los extremos de las corrientes que se han estructurado en torno a África: los tercermundistas, los afropesimistas y los africanófilos. Su análisis parte de la visión de los discursos maniqueísta de la victimización del África Subsahariana y de la culpabilidad de Occidente (Europa y Estados Unidos) del atraso y su pobreza. Fustiga a Occidente de haberse encarnizado en acallar a los africanos y de utilizar los métodos más atroces para saquear a África e imponerles a los africanos su visión del mundo.
Plantea que el sueño de las independencias, cuando no fue aplastado por la fuerza fue ahogado por los endeudamientos, las caídas de los precios de las materias primas y la implacable lógica de las relaciones de fuerza que fundamenta el capitalismo. En su defensa de la victimización africana, atribuye a la trata, la esclavitud, el colonialismo, el capitalismo y a la globalización neoliberal de todos los males de África. En efecto, señala que las crisis económicas y fiscales que afrontan algunos países, obedece a los efectos perversos de la globalización neoliberal, pero no habla del milagro africano.
Para ella, los Planes de Ajustes Estructurales que pusieron en marcha el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional a finales del siglo XX, a pesar de los discursos optimistas fracasaron y los problemas económicos y sociales perduran. En su opinión, los PAE degradaron la situación de la gran mayoría de los africanos, fragilizando, cuando no dislocando progresivamente las estructuras sobre las cuales se basaban las economías africanas.
Sustenta que el fin de la Guerra Fría constituyó una nueva forma de infantilización y de dominación para África, debido a que se reenfocaron las visiones maniqueas de los africanos como eternas víctimas de Occidente. Una coyuntura que utilizaron algunos líderes para impulsar provechosas manipulaciones a cerca de las responsabilidades del imperialismo occidental en el atraso africana. Una estratagema política que le ha servido a varios sátrapas para saquear los fiscos y eternizarse en el poder.
Las manipulaciones de las reivindicaciones sobre las reparaciones que Occidente debe pagar por la esclavitud y el colonialismo mantienen a los africanos en la posición de pedigüeños como eternas víctimas de los europeos y los gringos. Los planteamientos de Anne-Cécile contrastan con los de otros analistas comoStephen Smith, quien dice que Occidente tiene que acabar con la victimización de África y con la hipocresía que por la culpabilidad histórica de la esclavización y el colonialismo se siga disfrazando la realidad africana y no se le diga con claridad a los africanos que no es con dineros regalados, ni con las políticas de cooperaciones humanitarias que van a salir de la pobreza.
Anne-Cécile concluye que en el reparto de responsabilidades entre los africanos y los occidentales merecen estudiarse con más profundidad, en virtud de que siempre los africanos culpan a los otros (los occidentales) de todos los males de África, pero ocultan el papel que han jugado y juegan ellos en el subdesarrollo de sus países, algo similar como ocurre con los líderes de las comunidades negras en Colombia. Pero ya es hora de replantear la victimización del África Subsahariana y comenzar hablar del milagro africano.