JOSÉ E. MOSQUERA | El Nuevo Siglo
Viernes, 2 de Diciembre de 2011

 

De Bielorrusia a Nicaragua

 

 

Los escándalos sobre fraudes electorales parecen una epidemia que se expande por diversas regiones del planeta, al igual que la fiebre reeleccionista de una serie de gobernantes, quienes en sus desbocados afanes de perpetuarse en el poder, utilizan toda clase de artimañas para legitimar a través de referendos amañados, consultas viciadas y elecciones fraudulentas ignominiosas autocracias.

Autoritarismos revestidos de mesianismos, populismos, corrupción y violaciones de los derechos humanos. Un fenómeno que no es exclusivo en determinados países de África y América Latina, sino una cuestión que también se presenta en naciones asiáticas como Irán y de Europa como Bielorrusia. En Bielorrusia el presidenteAlexander Lukashenko, apodado “el último dictador de Europa” lleva 17 años en el poder y ha estructurado un régimen autoritario que tiene en la cárcel a los principales críticos de su tiranía.

Se ha reelegido consecutivamente desde 2001, en medio de acusaciones de fraudes y ante las miradas complacientes del resto de Europa. El presidente Lukashenko, además de controlar los 110 escaños en el Parlamento, también domina el aparato judicial y los organismos de control.

En África, además de las conocidas tiranías disfrazadas de “gobiernos democráticos” a que nos hemos referido en comentarios anteriores, encontramos casos como el del presidente de Camerún, Paúl Biya, quién gobierna desde hace 29 años y si cumple con el mandato constitucional gobernará 36 años, debido a que el 6 de octubre fue reelegido por sexta vez, siete años más.

Lo destacable en el caso del Presidente camerunés es que en todas las reelecciones se han presentado denuncias sobre irregularidades electorales y en estas últimas las misiones de observadores internacionales señalaron que fueron unas elecciones “fraudulentas y plagadas de irregularidades en todos los niveles”.

Otro caso en África es el del presidente de Uganda, Yoweri Museveni, un ex guerrillero que lleva 25 años en el poder, 10 de ellos bajo un régimen militar y los 15 restantes “triunfando” en elecciones cuestionadas. En febrero de este año se hizo reelegir por quinta vez y su período termina en el 2016.

Lo curioso en la trayectoria de este ex guerrillero es que antes de derrocar el régimen de Milton Obote y del general Tito Okello,fue uno de los más acérrimos críticos de las dictaduras en África, cuando en sus arengas “revolucionarias” sostenía que uno de los principales problemas que tenían los gobernantes africanos era su negativa a abandonar el poder.

Pero si por los lados de Bielorrusia, Camerún y Uganda el panorama es tan sombrío por el de Nicaragua es oscuro. El presidente Daniel Ortega se ha vuelto a salir con las suya al reelegirse por tercera vez, en medio de uno de los fraudes electorales más sonados en la historia reciente nicaragüense. Como concluyó el periodista español Carlos Salinas, “difícilmente los nicaragüenses sabrán con exactitud qué pasó con sus votos, si el FSLN ganó la elección y con cuántos votos ganó realmente”.

Ortega no sólo “gano” con 63% de los votos, sino que obtuvo el control del Congreso y a esto se suma al dominio que tiene sobre el aparato judicial, en la mayoría de las alcaldías y gobernaciones. Su plan desde que llegó al poder en el 2006 ha sido el de desmantelar la democracia para instaurar una dictadura en esta nación centroamericana.

jemosquera@une.net.co