José Luján Zapata | El Nuevo Siglo
Lunes, 27 de Julio de 2015

 

“Del número de reparticiones territoriales intermedias”

TEMAS RECURRENTES

¿Somos campeones panamericanos?

 

SEGÚN  poblaciones y extensiones, casi todos los países del mundo, además de gobiernos centrales y gobiernos locales, tienen entidades intermedias denominadas provincias, departamentos, estados federados etc. Sólo que esas entidades intermedias deben ser pocas y bien trazadas; deben corresponder a las verdaderas necesidades de cada país y consultar presupuestos, poblaciones y extensiones territoriales. El exceso de reparticiones territoriales intermedias, que expertos consideran absolutamente innecesarias, puede conducir a desbordamientos burocráticos, atomización de los recursos económicos nacionales y consiguiente mantenimiento del subdesarrollo. ¿Ocurre así en Colombia de hoy?

Sabiamente, la Constitución de 1886 ordenaba la existencia de sólo diez departamentos. Ya en el año 1928 nuestra organización territorial comprendía la existencia de 14 departamentos.

Desde mediados del año 1933, el destacado constitucionalista colombiano Tulio Enrique Tascón, llamó la atención de los colombianos sobre el hecho de que por tener nosotros solo siete u ocho regiones geográfica y sociológicamente identificables, nuestra organización territorial debería comprender siete u ocho departamentos o regiones extensas que por su número y otras condiciones pudieran convertirse en verdaderos polos de desarrollo económico y social.

Nadie quiso atender las sensatas propuestas del constitucionalista Tascón, por el contrario, en 1947 empezó la fundación del departamento del Chocó y desde comienzo de la década de los años sesenta se crearon numerosos departamentos hasta llegar al absurdo de la Constitución de 1991 que convirtió en departamentos a intendencias o comisarías, muchas de las cuales no tenían ni tienen hoy un número suficiente de ciudadanos, ni rentas autosuficientes, ni suficiente personal administrativo idóneo para mantener la categoría departamental.

Es curioso que mientras en nuestra Constitución de 1991 creamos nueve nuevos departamentos para llegar a la cifra exagerada de 32 de ellos, la República de Chile, once años antes en 1980, por razones de economía y conveniencia nacional, tuvo el acierto de reducir sus 23 provincias a solamente doce de ellas (hoy  Chile tiene 15 provincias).

Puede verificarse en los informes PNUD, que la reducción de provincias que hizo Chile en 1980, unida a otras reformas importantes, logró aumentos en su Producto Interno Bruto y en los ingresos per cápita que hoy superan ampliamente los de Colombia y otros países de América Latina.

En Colombia tenemos 32 departamentos mientras Canadá tiene diez provincias y tres territorios, Estados Unidos con su extensión y su población tiene apenas cincuenta Estados federados, México treinta y uno y Brasil veintiséis Estados federados. Así, en alguna forma, entre los países continentales de América, somos  campeones o, cuando menos, subcampeones panamericanos del número de reparticiones territoriales intermedias. ¡Qué vergüenza!   

Conviene detenerse en el hecho de que según el informe PNUD 2015, excepto Grecia y dos o tres naciones más, ninguno de los 49 países del mundo con mayores grados de desarrollo humano, tiene excesos en sus reparticiones territoriales intermedias y que Chile con 15 provincias, un número razonable, ocupa el primer lugar del desarrollo humano en Suramérica.

lujanza@hotmail.com